En busca del arca (II). Bautizo
Antes de nada, informo a medio de este segundo legajo que después de un largo y amoroso proceso de construcción, entibado y carenado, la embarcación nos ha salido carabela.
Publicado en las revistas:
Trocha, núm. 246, de abril de 2023. Ver Trocha en La Razón de la Proa. Recibir el boletín de Trocha
Doncel, núm. 9, de abril de 2023. Ver Doncel en La Razón de la Proa (LRP). Recibir el boletín de LRP.
La serie En busca del arca, son artículos motivadores preparatorios de la expedición prevista al monte Ararat por veteranos de la OJE encuadrados en su Escuela de Montaña.
Hoy he visto y oído el pasar de las grullas hacia el norte pues se acerca el final del invierno. Eso me recuerda que la marea nunca espera, así que mientras se cumplimentan menesteres necesarios, anticipándonos a que resbale por la grada, por ser más importante aún que la matrícula y con el fin de no ofender a Neptuno, que debe anotarlo en su Libro Mayor de Navegación, es necesario darle nombre. Vamos a ello, pues: Todos sabemos (1) que la expedición hacia el Ararat comienza en los astilleros de la OJE, que con sus tradicionales escuelas y campamentos náuticos a lo largo de décadas ha ido jalonando todo el litoral ibérico y sus islas; que es apadrinada por el Hogar Peña Gorbea, con sede naviera propia que cursa en Sestao (Vizcaya), ¡sí, hogar propio en Sestao, de Vizcaya!, territorios que dieron paso al “mar de Castilla” desde 1475 cuando los Reyes Católicos juraron los fueros de Guipúzcoa y Vizcaya, por lo que en justa correspondencia la sede del Imperio se convirtió en su tierra adentro. Como algunos personajes de mucho renombre y hasta escudo real (2), también las gentes del común son casi todos allí recias y más bien de pocas palabras, siempre han sabido mantener el compromiso con el mar y con lo que fuera menester que moviese su empeño.
Y ahora mismo, pues me place, y como soy yo el escribano sin capitulaciones firmadas por ahora, doy mi llana opinión: le pondría de nombre a la carabela algo así como Cruz de Gorbea, que es lo que remata la cima de tan icónica montaña vasca desde 1899 (3), siendo además acopiada la madera que ha dado forma a nuestra nave en los bosques del Duranguesado, las raíces están por tanto en sus adentros.
Ya cité antes algunas razones de peso, aunque si es conveniente para darle mayor lastre y lustre, resulta que el capitán, Miguel Ángel Garrosa Sánchez es nada menos que de Bilbao (4) y el que ha de oficiar para señales y transmisiones, Javier Bazo López es natural de Baracaldo (5).
Y es que lo del nombre tiene mucha miga: Será el tatuaje de la nave y también el nuestro. El nombre declara la decisión de asimilar su impronta; implica el continuo recuerdo de la potencia inmanente, y como bien sabemos por las arribadas que hicimos desde grumetes en distintos puertos, las creencias por supuesto, pero también los nombres, las canciones, las actitudes, las maneras y otros menudos gestos, marcan todo ello un estilo propio. Seamos marineros pero no de cualquier forma ni para cualquier embarque, y así nos podremos reconocer sin mácula sea por la letra o por la música en los confines del orbe.
A mayor abundamiento, el ir acompañado por la nobleza y el impulso de lo norteño, dará como resultado que si la ocasión es propicia, y seguro que llegará el momento justo, si se formarse regata, cuando demos nuestra popa y nuestra estela al buque del mismo Capitán Pasha (6), y no digo ya si resulta ser pirata, o canalla o desertor, se oirá por nuestra parte un jubiloso y unánime ¡Aúpa España!, que será de celebración sin duda, pero sin duda también de afirmación, por si alguien necesita aclararse sobre algún punto cardinal o sobre algún punto filipino.
Para terminar con el santo y seña, siendo las gentes de mar bien respetuosos de las tradiciones, podemos nombrar como patrona a la Virgen del Carmen, y de volver salvos (lo de sanos será otro cantar), habremos de peregrinar en acción de gracias al santuario de Urkiola (7), y si no lo cumplimos que Dios nos lo demande, aunque de ser imposible, siempre nos la podrá permutar por alguna otra obligación o penitencia de similar calado.
Aclarada la maniobra y comenzada mi guardia, desde el través se escucha un acordeón, percibo que su música acompaña la letra de una estrofa suelta: tus caminos guiarán/por las noches las estrellas/la Cruz del Sur, la Polar… ¿verdad que se entienden de una determinada forma, pero no de otra cualquiera?…Y tú amigo tripulante; tú, abnegado camarada en el servicio, sea que mandes mucho o poco; y tú mismo, lector que de vez en cuando te asomas al malecón; vosotros todos que hasta ahora no habéis dicho ni mu, ¿por ventura os mola la propuesta que hago en pleno siglo XXI para que, con el ánimo sobre todo de que sirva como llamada para vivir su aventura a nuestra arrugada juventud, venga con nosotros y nosotros vayamos con ella, tatuada en las amuras de proa o dónde sea?. Sonar, al menos suena bien,… Cruz del Gorbea.
(1) Con “todos sabemos” me refiero a todos los que leyeron el primer legajo náutico. Y por supuesto también, a los debidamente informados.
(2) Por citar sólo dos ejemplos de gran relieve, Juan Sebastián Elcano de Guetaria y Miguel de Oquendo, natural de San Sebastián.
(3) Esto de unir las imágenes de la montaña y del mar en connivencia es muy frecuente por casi inevitable. La bella y dulce habanera La perla, que fue traída desde Cuba, comienza así: En el fondo del mar nació la perla y en alta roca la violeta azul...
(4) Es exigible ser discreto, pues ya se sabe el dicho de Primero el capitán, luego nadie y después Dios, por lo que únicamente he de decir ahora, que es titulado por Escuela Nacional reglamentaria para el alto cargo que va a desempeñar y de muy larga experiencia. Bien es cierto que siendo de Bilbao es de temer que se empeñe en llevarnos a tierras turcas volando, y eso sin exagerar.
(5) Buen conocedor además de los cultivos riojanos de Haro, por lo que podrá aportar sus conocimientos en materias sensibles y muy apreciadas en las expediciones. De otras cualidades o no, ya iremos contando, como del resto de los tripulantes.
(6) Es el cargo que se traduce popularmente del “Gran Almirante” y que estuvo vigente en la armada turca hasta 1867.
(7) El lugar del famoso santuario de Urkiola, que tiene ancestrales antecedentes paganos y mágicos, se encuentra al pie del pico Amboto y por allí, según la mitología vasca habita su máxima deidad: “Mari”.