La Constitucion rusa nos da ejemplo

Miren ustedes por donde, la nación rusa, en su nueva Constitución, recogerá la palabra Dios, debido a la secular cristiandad del pueblo, que, tras casi ochenta años bajo dominación soviético-marxista, no se ha podido borrar del alma popular.

A instancias del líder ortodoxo, Kyrik, la futura Ley de leyes debatida en la Duma, Parlamento ruso, afirmará la referencia a Dios como parte ineludible de la formación rusa; y esto, que parece una paradoja al venir ese proyecto de las mentes de un país acosado por el estalinismo más atroz, resulta especialmente grato para los ciudadanos españoles, hoy presionados por las intenciones super o extra laicas de algunos —demasiados— políticos españoles sometidos al rencor de los neocomunistas: los Iglesias, los Echeniques, Montero o Garzones y demás palmeros políticos.

Y es que, a pesar de una persecución infame y cruel por parte de líderes comunistas, la verdad es que un sentimiento tan hondo y enraizado como el cristianismo, tanto ortodoxo como católico, no se podía borrar por muchas trampas que se intentara poner.

Ya en el himno ruso, aparece la encomienda a Dios, cantado por una población realmente patriótica y cuidadosa con las tradiciones más firmes del pueblo ruso, una razón aducida por los constitucionalistas para reponer el nombre de Dios. Algo que los españoles no podemos compartir porque no tenemos letra para nuestro himno, aunque ya Pemán escribió un bello poema para su música.

Hoy, cuando la patria sufre uno de sus peores momentos de la mano de un izquierdismo radical y ateo, no puede por menos que envidiar a una nación que supo vencer la dictadura más fuerte que conocen los siglos; parece un buen momento: las crisis son tiempos para el arrepentimiento, para regresar a los valores de historia, tradición y sentimientos de una mayoría de españoles que esperarían con enorme satisfacción que nuestra Constitución asumiera la realidad de un Dios que nos protege.

La Rusia actual, no da el ejemplo.