Hispanoamérica, no Latinoamérica
Parece mentira, o no tanto, sabiendo la mezquindad de nuestros compatriotas en muchas facetas de su actuación social, pero es cierto que hoy, que se usa tanto la palabra Latinoamérica para referirse al conjunto de naciones que hablan en español, de origen español venido a países independientes, muchos, demasiados, de nuestros conciudadanos eligen esa palabra cuando se habla de ellos.
Son, fundamentalmente, personas del mundo de la información, profesionales de la radio y televisiones públicas, además de innumerables representante del mundo político, quienes con mayor profusión y por supuesto, perversión, acuden a esa denominación cuando reportan noticias o comentarios sobre Hispanoamérica.
También oigo de forma incomprensible como en televisiones con sentido más nacional, la Trece por ejemplo, recurren a Latinoamérica cuando citan a esos países. Y lo que es peor, al menos para mi, que es escuchar de boca de algunos azules, esa palabra falsaria.
Para mi, supone una irracional y anti española manera de calificar la actualidad de esos países hermanos. Para impedir esa mixtificación, por pura oposición y, desde luego respeto a nuestra historia, existe el noble vocablo de Hispanoamérica, que refleja con más razón y verdad, el modo de calificar nuestra relación con las hermanas patrias de origen hispano.
No haría falta recurrir a los historiadores y políticos hispanos, o si fue Maestú o Ménéndez Pelayo, Unamuno o quien sabe quién, los que acordaron escribir Hispanoamérica por primera vez, hoy lo que importa es que el periodismo actual, con argumentos nada defendibles, utiliza la palabra Latinoamérica, dejando en franca minoría a los que como yo mismo, amamos el sentido y el concepto de Hispanidad.
Naturalmente con este breve y modesto escrito, reivindico para los falangistas el uso de esa palabra tan hermosa como es la Hispanidad, lo hispánico, como otra señal de nuestro ideario. Y no hacerlo iría contra nuestro espíritu.
Lástima, significaría diluir la maravillosa obra de España como nación, ante el acoso y presión de otros países, quizá celosos de nuestra gran historia, reduciéndola a un simple capítulo en cooperación con una Europa de origen romano, Francia e Italia, y de ahí su empeño en hablar de Latinoamérica, olvidando que de los más de veinte países que hoy conforman la América hispana, se debe estrictamente a la obra comunal, social y humana de los españoles, únicos hispanos en esta construcción. Lo demás, siempre fue el deseo de minusvalorar la acción netamente española.
Pero que sean compatriotas quienes sostengan esta campaña de falsificación, merece nuestra respuesta más firme. No es verdad lo latino en las antiguas colonias españolas, llamando Latinoamérica, en una burda manipulación incomprensible en quienes por su trabajo en la información, deberían de ser los primeros en apoyar el término Hispanoamérica, que sería el que corresponda a la verdad. Por nuestra parte, prometemos levantar la emoción de nombrarla así: Hispanoamérica.