El tema del «nuevo orden mundial» es como «el cambio climático», que unos consideran es una habladuría y otros una verdad como la bomba atómica de Hiroshima. Lo de la bomba atómica no hay que demostrarlo: ahí están todavía los restos que ponen de manifiesto lo que ocurrió. Del «nuevo orden mundial» sin duda se habla bastante, quizá menos de lo que se debía contar al respecto, aunque algunos piensen que es una exageración de los melindrosos que creen todo lo que se habla sobre los males que pueden acontecer, mientras que a otros, animosos ellos, no se les ocurre pensar pueden llegar a producirse los acontecimientos que se cuentan en mentideros y hasta en libros sesudos.

Como dicen los gallegos, las meigas no existen, pero haberlas las hay. Sin duda los ambiciosos del poder andan manipulando por el mundo y están cambiando las estructuras tradicionales de los estados, la vida de las personas, la forma de entretenerse y hasta la de comer. Ahí tenemos lo movimientos que se van produciendo sin apenas darnos cuenta. Los tenemos en casa. Nos los está sirviendo Pedro Sánchez en compaña con quienes quieren romper la convivencia entre las gentes, la nación con tantos siglos de existencia, la familia que tiene un origen tan lejano como esas edades primitivas que estudiamos, la existencia definida de hombre mujer que el Creador puso en la tierra aunque por el camino hayan surgido complicaciones en algunas o no pocas ocasiones.

No es corta la lista de los promotores repartidos por el mundo empeñados en cambiar la existencia de los mortales creando ese nuevo orden mundial que se ve difuso cuando uno no entra en el examen de lo que se promulga por parte de los que ejercen el poder, pero que se aprecia a simple vista si analizas cómo van cambiando las estructuras, las ideas que se meten en la mente de las gentes por los medios de comunicación, por los discursos de los líderes, por los maestros de la juventud que se suman como colaboradores a romper la tradición.

Y entre los promotores, estamos convencidos, está György Schwartz, George Soros entre los amigos, de etnia asquenazi –o sea judío de los que se instalaron en Europa entre los siglos X y XIX–, nacido en 1930 en Hungría, que resultó muy espabilado, y consiguió una importante fortuna a lo largo de su vida, mediante los tejemanejes que se montó en Inglaterra y Estados Unidos. Y probablemente para entretenerse, cuando ya era crecidito, le dio por conquistar el mundo para él solo. Como el mundo se le hizo grande y dificultoso, aunque se comenta que controla el mundo desde la sombra, le dedicó más atención a empezar los mordiscos por Europa ya que consideraba que «la UE era mucho más vulnerable que EEUU» porque era «una unión incompleta» y «tiene muchos enemigos». Y aquí lo tenemos, metiéndose en nuestras casas de forma sibilina, variando nuestras costumbres, e imponiéndonos otras que no apetecemos.

El documento que adjuntamos nos ha parecido un ensayo interesante para conocer más de cerca el «nuevo Orden Mundial». Por ello, aunque sea largo, lo transcribimos entero, incluyendo los colaboradores españoles con los que cuenta en la UE, aunque está a partir un piñón con toda la izquierda nacional, incluidos los que pretendes descoyuntar España.

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