Cómo celebrar el 16 de Julio
Publicado en el Nº 322 de 'Desde la Puerta del Sol', de 23 de junio de 2020.
Ver portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa
Estos chicos del PSOE tienen tendencia a convocar actos en fechas que en otros momentos han marcado historia, o en días que el pueblo soberano utiliza para otras actividades. Así, Zapatero nos llamó a unas elecciones generales el 20 de noviembre de 2011,probablemente queriendo tapar el día en el que fue asesinado José Antonio Primo de Rivera y el día en el que Franco entregó su vida al Santísimo.
Tal vez su escaso cacumen pensara que de esa forma se cambiaría el sentido que venía teniendo esa fecha para el recuerdo futuro dedichos acontecimientos.
Ahora es Pedro Sánchez quien sitúa el día de homenaje por los fallecidos por el coronavirus y por todos aquellos que se han entregado al noble compromiso de intentar salvar vidas, cuidar el orden público, tener alimentada a la sociedad y un etcétera considerable, coincidiendo con la celebración de la festividad de Nuestra Señora del Carmen, fiesta grande en España, fundamentalmente porque en todo el todo el litoral de España se festeja a la Virgen Patrona de las gentes del mar, teniendo notable significado en la Escuela Naval de Marín donde ese día los guardiamarinas prestan el juramento a la bandera y se entregan los despachos a los alféreces alumnos que han ascendido a alférez de navío o teniente.
¿Acaso Sánchez se propone echar agua sobre los actos de la Escuela Naval, retener al Rey en Madrid para que no entregue los despachos y pronuncie su discurso, y ciscarse en toda la clase marinera? ¿Pensará que es mejor un acto sin pena ni gloria, obtuso, anodino, por el recuerdo de los que perdieron su vida y se destacaron en el servicio de los demás, llevando a su terreno a las autoridades y a los afectados de todo tipo, en vez de que tengan lugar los cientos de procesiones que normalmente tienen lugar en todos los puertos españoles?
Lo cierto es que no se tiene ni idea de en qué consistirá el acto monstruo que piensa convocar Pedro Sánchez –al menos nosotros lo ignoramos–. Por supuesto no se perfila que vaya a haber ninguna muestra de acto religioso, aunque estén presentes los miembros de la Conferencia Episcopal porque hayan sido convocados.
Creemos que mejor que seguir nosotros hablando sobre el particular es reproducir el documento que nos ha llegado por internet. Desconocemos su autor, aunque, se deprende, es un buen conocedor del tema marinero:
El día de la Patrona de los marineros y de la Armada.
Podría celebrarse eligiendo cualquier fecha del almanaque, el 12, el 14 o, incluso el 18, eran días asequibles, sin ninguna celebración tan importante y extendida como la del 16 de julio. Es el día que todos los pueblos costeros de España, cofradías de pescadores, marinos mercantes y de recreo, rinden homenaje a su Patrona, la Virgen del Carmen.
Usted lo sabe, presidente, como tampoco ignora que es el día grande de la Armada, es ¡su Patrona!, en la Escuela Naval de Marín, engalanados para la celebración, se rinden honores a nuestra señora, que nos cuida por tierra, aire, mar y bajo ella, se canta la Salve marinera, se les encomiendan los aspirantes de primer curso que, marcialmente, desfilan de uno en uno y, al llegar ante nuestra enseña. La bandera de España, sostenida por un guardiamarina, al que escoltan la guardia de honor, en posición de firmes, de respeto, con la gorra en presenten en la mano, la besan, tras haber jurado, anteriormente, en formación, el juramento de fidelidad a España.
También se entregan los despachos a los alféreces alumnos que han ascendido a alférez de navío o teniente... Pero la insensatez ha decidido que tal día sea el de funeral por la mitad de las víctimas de la epidemia en la que usted, presidente, por negligencia, nos aumentó las posibilidades de fallecer,... ahora oculta descaradamente tal acción y se atreve, sin conciencia, a declarar un funeral, exclusivo para los muertos que usted, ignominiosamente, contabiliza. Lo hace justamente en una fecha significativa para todos los marinos de España, de cualquier condición. Lo declara día de luto, prohibirá, seguramente, los engalanados, las misas en honor de la Patrona, la que nos cuida, sin duda alguna más que los que están a su alrededor.
No parece casualidad, es la escalada diaria y permanente en contra de los valores morales que mantienen el espíritu de los españoles, afectará a procesiones, honores, celebraciones religiosas, fiestas marineras, pero eso,... usted lo sabe, no es casualidad... Quizás suprima el engalanado general de buques y dependencias de la Armada, en los confines de España, las fiestas a la Patrona. Tenga cuidado, presidente, cuando un portaaviones es mal manejado por su comandante, segundo y equipo de mando, por inexperiencia o mala intención, pueden faltar las estachas y quedar a la deriva.
Llega tarde a las necesidades de los españoles, actúa con negligencia, contra instituciones y personas que le dicen verdades, abusan del poder descaradamente, odian las devociones legendarias de las Fuerzas Armadas,... tenga cuidado presidente. No tense más la estacha....
Cabe pensar que esta sea una de las primeras muestras que Pedro Sánchez quiera poner de manifiesto de la «nueva normalidad» que está programando a partir de la pandemia del covid19, y que fue anunciando en su largo, aburrido y último discurso por televisión en el que abría la puerta a los españoles para que volvieran a sus costumbres.
Pero siguiendo las normas de la nueva enseñanza que está programando, la nueva economía que pretende implantar teniendo en cuenta las sabias indicaciones de Pablo Iglesias, cómo han de ser y funcionar las nuevas empresas también al dictado podemita, la vida de los españoles, el tipo de libertad a la que podrán acceder, y el largo etcétera que cuece su mente y la de Pablo.
Nos gustaría que fracasara el acto monstruo que piensa organizar Pedro el día 16 de julio. Y, a cambio, que en todas las iglesias de España se celebraran actos religiosos por los que abandonaron sin querer este valle de lágrimas, por las fuerzas del orden que hicieron posible que los españoles no hiciéramos demasiadas tonterías, por los miembros del colectivo sanitario que se enfrentaron –sin contar con los medios necesarios para defenderse del virus– por salvar la vida de sus semejantes en un acto de amor que no siempre nos merecemos, por la ciudadanía que se puso en marcha voluntariamente para cubrir las necesidades de sus semejantes, por los transportistas y personal de los de locales comerciantes que nos fueron suministrando el pan nuestro de cada día, incluso por los que a las ocho de la tarde aplaudían a todos ellos.
Presidiendo esos actos litúrgicos nos encantaría ver a todos nuestros pastores.