«Debajo de las piedras»

Va soltando por los andurriales del país, a las mesnadas adormecidas, que escavará bajo las piedras si es necesario para conseguir la magistratura que se merece.


​​Publicado en la revista El mentidero de la Villa de Madrid núm. 800 (19/SEP/2023), continuadora de Desde la Puerta del Sol. Ver portada El Mentidero en La Razón de la Proa (LRP) Recibir el boletín de LRP.

«Debajo de las piedras»

Está claro. Tal como se define Pedro Sánchez. Él está dispuesto a hacer lo que sea necesario con el fin de conseguir votos para alzarse de nuevo con la jefatura del Gobierno y vivir otra temporada en la Moncloa, disfrutando de los bienes del Patrimonio Nacional y viajando con harta frecuencia de aquí para allá en lugar de estar solucionando con su tropa todos los problemas que tiene el país.

De esa forma estarían justificados todos los anuncios que están apareciendo últimamente en la televisión, que, sin duda, habrán costado un pastón, donde aparecen reflejados lo bien que funcionan todos los servicios del Estado, lo maravillosamente que viven los españoles, lo felices que son los moradores de cualquier lugar ya sean niños, jóvenes o ancianos, lo bien enseñados que están las jóvenes generaciones, cómo se reparte cultura por cualquier lugar, lo adecuadamente atendidos que estamos todos en la Seguridad Social, lo impresionantemente que funciona la economía del país, qué maravilla es el servicio de Correos que nos atiende en infinidad de prestaciones, la cantidad de trabajo que hay para que todos los compadres se ganen el pan de cada día, cómo nacen empresas cada mañana, lo baratos que están los productos alimenticios en el mercado, y todo un amplio panorama de las mil y una noche que nos mantiene abobados y satisfechos a todos los españoles.

No podemos pedir más, pues de todo eso se deduce en la amplia propaganda televisiva. Y es de lo que se ocupa a diario Pedro Sánchez, que es un tío macanudo que, además, es capaz de resolver cualquier problema de la nación.

Por eso nos dice ahora, a voz en grito, no suavemente como cuando habla en las reuniones de la UE, donde emplea un tono meloso, con intención convincente y ánimo de dormir a sus señorías de 27 países para que le den todo lo que él quiere, que es, más o menos, al final, ser emperador de Europa. Sí. Y va soltando por los andurriales del país, a las mesnadas adormecidas, que escavará bajo las piedras si es necesario para conseguir la magistratura que se merece, o al menos la gobernanza del país llamado España, sea entero o repartido a cachitos.

Llevamos meses escuchando toda esa patraña aburrida, que produce un inmenso cansancio, plagada de mentiras, viendo cómo retuerce las leyes del Estado para ajustarlas a su conveniencia, con objeto de beneficiarse de ellas para sacar adelante sus ambiciosos proyectos. ¡Qué digo meses! Desde el primero de junio de 2018 que le tendió la trampa a Rajoy y se hizo con la jefatura del Gobierno. Y cinco años son muchos para aguantar cómo rezonga un individuo de esta calaña.

Esperemos que se rompan todas las palas y picos con los que este advenedizo trepador piense hurgar bajo las piedras para conseguir lo que le falta para completar esta última trampa. Contrario a lo que más desea una inmensa parte de la población española: que se vaya de una vez de mucamo de cualquier otro ambicioso como él, llevándose a toda la tropa que ha creado y repartido por toda España para su mejor gloria.




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