¿Dónde estabas el domingo, Pedro?

¿Acaso te sonaba que los asturianos te iban a recibir con una monumental pitada como acostumbran hacer los pobladores de los sitios dónde vas?


​​Publicado en la revista El Mentidero de la Villa de Madrid (28/MAY/2024). Ver portada El Mentidero en La Razón de la Proa (LRP). Solicita recibir el boletín semanal de LRP.

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¿Dónde estabas el domingo, Pedro?

Porque no te vimos en Oviedo. ¿Acaso ibas a llegar tarde, como otras veces, y preferiste no hacer ese feo? ¿O es que te sonaba que los asturianos te iban a recibir con una monumental pitada como acostumbran hacer los pobladores de los sitios dónde vas? ¿O quizá no te interesaba asistir al Día de las Fuerzas Armadas porque no podías lucir como «el puto amo»? Te esperábamos. Y no ha estado bien que hayas vuelto la espada a las Fuerzas Armadas. ¿Acaso estás triste por haber perdido seis votaciones en una semana? ¿Creías que ibas a ganar todo todos los días? No, hombre, no. De vez en cuando ganan los contrarios aunque sean de derecha o extrema derecha según vosotros; o al menos no ganas tú porque no has podido hacer un enjuague como acostumbras.

Pero tenías que haber ido a Gijón y Oviedo a ver cómo son los militares, qué hacen, para qué sirven, ya que, como tú te has privado de la mili, estás un poco despistado. Es una pena no hayas cogido el fusil aunque solo hubiera sido para el un dos tres; hubieras aprendido qué es mandar y qué obedecer y hacer lo que hay que hacer y no lo que a uno le viene en gana.

Lo digo porque parece lógico que el presidente del Gobierno asista a la fiesta de las Fuerzas Armadas, al día que los hombres y mujeres que se forman para defender la patria que él dirige. Y, hoy día, también está destinada a cubrir un compromiso con los organismos internacional para, en lo posible, evitar guerras, o con su presencia en zonas peligrosas evitar que grupos revolucionarios la armen con intención de revolver otros países, o grupos de Hamas intenten imponer su voluntad sobre los nativos. Y eso que tú no has tenido ningún empacho en tomar el Falcon para ir a visitarlos en alguno de los lugares en los que están destacados. Era más sencillo acudir a Oviedo.

Él, que elige según su conveniencia, se fue a Sevilla –no sabemos por qué medio, pues nadie lo dice– a abrir la campaña de las elecciones Europeas, en las que, según Tezanos, su analista de cabecera, resulta ganador. Corra con quien corra, él siempre será ganador. Y si no, compra a los enemigos para que le den los puntos que le faltan para apoderarse del liderazgo de la carrera. Además, en Sevilla le estaban esperando todos sus palmeadores para elevarlo hasta lo alto de la Giralda si era necesario, evitando el cachondeo con silbidos que hubiera recibido en la capital asturiana.

La verdad es que nadie lo echó en falta. Cubrió su puesto Margarita Robles, como ministra de Defensa, acompañada del insólito ministro de interior, Fernando Grande-Marlaska. Margarita c cumplió con lo que la tocaba hacer; hasta que llegó a la entrevista para la televisión donde no tuvo ningún problema en hablar del «auténtico genocidio» de Israel en Gaza, olvidando el genocidio previo de Hamas en Israel y el ya demasiado largo de Putin en Ucrania.

Pasó el Día de las Fueras Armadas y empezó el festival preparatorio de las elecciones europeas, días en los que uno se aburre oír trolas y mentiras, promesas que nunca se realizan y bondades que no aparecen por parte alguna. Momento en el que Pedro y su tropa se expanden con generosidad contando su milonga que cada vez los españoles creen menos. Aprovechando el momento de salir a la plaza para sacar a relucir sus malas mañas. En este caso ha sido Teresa Rivera la que no ha sabido utilizar el capote, pues parecía una chica tranquila y se ha desmelenado a gogo, compitiendo con María Jesús Montero.