Estamos en un revoltijo

12/06.- Escuchando a los políticos, leyendo lo que cuentan los periodistas «bien informados», valorando uno mismo cómo van las cosas –porque también tiene su opinión–, considera que el país anda metido en un barullo...

Publicado en el Nº 317 de 'Desde la Puerta del Sol', de 12 de junio de 2020.
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Estamos en un revoltijo

Escuchando a los políticos, leyendo lo que cuentan los periodistas «bien informados», valorando uno mismo cómo van las cosas –porque también tiene su opinión–, considera que el país anda metido en un barullo, a veces parece que el caos es el que predomina en las decisiones, aprecia que las decisiones son una confusión, que hay un desorden en todo lo que se hace digno de que aparezca una de esas señoras que ahora van por las casas poniendo todo según deba estar, que el embrollo es lo que domina entre lo que unos quieren y lo que desean los otros, vamos, que es un enredo integral la marcha de esta España nuestra.

Así, parece que Pedro Sánchez anda de la mano de Natalia Calviño –quien además parece bien colocada para ejercer la presidencia del Eurogrupo– en el sentido de que retrasará la edad de jubilación y flexibilizará el mercado laboral para obtener las ayudas europeas con lo que poder ir arreglando las finanzas tan desajustadas de España; pero al mismo tiempo, erre que erre, Pablo Iglesias empeñado en derogar la reforma de Rajoy, la que consiguió que saliéramos del hoyo anterior en el que nos dejó Zapatero.

Y Podemos, que solo va a lo suyo sin importarles lo más mínimo la situación del país y de los españoles –pues su objetivo es la conversión de España en un país comunista–, presiona al PSOE para que el dinero que venga de la Unión Europea se centre en asistencias sociales y no en reformas económicas que puedan dar lugar a puestos de trabajo.

Por otro lado nos topamos con el problema del 8-M, en el que necesariamente está metido hasta el corvejón el Gobierno fundamentalmente por los ímpetus de la descerebrada ministro Irene Montero, puesta al frente de las mesnadas feministas, empeñándose en montar las manifestaciones de féminas reclamando la exterminación del hombre-macho, sin tener en cuenta «la hecatombe que se veía venir en España» según el forense, quien considera que la Delegación del Gobierno «tenía conocimiento de la peligrosidad que entrañaba la covid-19 para la salud de los madrileños».

¡Menudo embrollo se ha liado! La policía judicial de la Guardia Civil presentando ante el juzgado nº 51 de Madrid, donde se encuentra la juez Carmen Rodríguez-Medel, un amplio informe al respecto en el que minuciosamente se pone de manifiesto toda la información previa que existía con anterioridad al 8-M, procedente de los organismos europeos al respecto con las advertencias de la pandemia que aparecía por Europa, así como todo lo recogido en España. Informe que quiso intervenir el ministro del interior Grande-Marlaska a través del coronel Pérez de los Cobos, quién manifestó que no lo conocía por lo que fue cesado como máximo responsable de la Guardia Civil de Madrid.

También lo quiso forzar la directora general del Cuerpo, María Gámez, sin éxito. Mientras, la juez que lleva el caso ha tomado declaración al delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, por prevaricación, quien se lava las manos, así como al forense que insiste en que «las manifestaciones fueron susceptibles de causar un riesgo evidente para la vida e integridad física de personas». Mientras, tanto la fiscal y la abogado del Estado pidieron el archivo del caso, lo que desestimó la juez.

No hay que olvidar el contenido de los decretos ley que han estado produciendo en este tiempo de libertad total del Gobierno para hacer lo que quisiera. No han sido capaces de cumplir correctamente lo prometido, el desbarajuste de los ERTE es total, todavía hay del orden de 22.000 beneficiarios que no han percibido lo prometido mientras otros siguen cobrando aunque ya se están trabajando.

Respecto al salario mínimo vital, al parecer ya ha sido puesto en marcha pero, dado lo complejo que debe ser la adjudicación debido a las diferentes modalidades de concederlo que han establecido, tememos que resultará laborioso dar a cada quién lo que corresponda.

Podríamos seguir con el cambio de criterio de cada día respecto a las mascarillas, quién y cuándo se han de poner, de la separación entre las personas para evitar el contagio, de cómo tras el día 21 el Estado se lava las manos y deja en las de las comunidades autónomas todo el percal. Hasta las autoridades comunitarias están perplejas de tanto cambio, de tan variadas decisiones de un día tras otro.

Pero lo importante no es cómo les va a los españoles, lo que de verdad debe preocuparnos es Pablo Iglesias y su casoplón, el cual ha blindado Interior con 50 agentes y una unidad de élite de la Guardia Civil (Grupo de Reserva y Seguridad nº 1), más 20 vehículos. ¿Qué en muchos pueblos y ciudades de España proliferen los robos y los asaltos de los okupas? Eso importa poco.

Lo que realmente importa es Pablo Iglesias y su familia, pues no soportan las caceroladas ni manifestaciones en la puerta de su casa, olvidando lo que ellos hacían antes respecto a los demás. Incluso con órdenes tajantes a los miembros de la benemérita de que tomen los datos de los que se pasean por la puerta de su casa…

Es largo y cambiante el comportamiento de estos políticos de aluvión que nos están llevando por el camino de la amargura. De la misma forma que ellos tachonan de no ser gente de estado a la oposición, habrá que convencerlos de que la oposición, junto a los españoles que no estamos apuntados a nada pero a los que no nos gustan un pelo, pensamos que los que no son gente de estado son ellos, y por lo tanto han de levantar el vuelo e ir a otros palomares donde puedan hacer su juego.

Ya hemos dicho que los botijos vienen de antiguo y que han sido fabricados por todos los pueblos que pasaron por España. Aquí tenemos hoy uno, pintado a mano, tipo berber, y procedente del alfar Jaima Alkauzar de Granada. Sin duda se puede poner en cualquier sitio sin desentonar, no pasa como con la mayoría de nuestros actuales políticos.

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