Pues habrá que pensarlo. Analizar la situación. Tener en consideración lo que está poniendo en marcha Pedro Sánchez a su vuelta de vacaciones. Puede conducir a considerar que él sí está por la labor. Sin duda le va el Falcon. Dado que se ha dado cuenta de que nada le ha roto el sueño desde que apuntara que acercarse a Pablo Iglesias se lo iba a quitar, ha debido buscar nuevo cobijo y considerar el Falcón como su especial pustinia para meditar, decidir y poner en marcha sus ideas. Y como un pustinik de nueva estampa, apantallado en occidente, en el Falcon ha encontrado no la inspiración de Dios, que eso es difícil y opuesto en su caso, sino la suya propia que es mucho más poderosa, y ha reanudado su personal peregrinación de volcarla en los decretos y en la creación de su peculiar sharía a la que han de someterse sus ministros, los menestrales que ocupan el escalafón siguiente, los sindicatos que cumplen fielmente sus mandatos tanto de estar callados cuando es preciso que hablen como de que hablen cuando han de estar callados, y la masa que no entiende nada pero que lo sigue en manada, aguantando todos los cambios, variando hacia donde ir según sus indicaciones, y actuando broncamente cuando sus instrucciones tienen el sonido de los tambores de Calandra equivalente a tocar a muerto del opuesto.

Pedro Sánchez, al regreso de sus vacaciones, apenas se ha parado para transmitir sus instrucciones, y, seguidamente, ha cogido la corbata y se ha largado a charlar con los cabeza de serie de unos países hispanoamericanos que andan tonteando por los mismos abrojos que él, imaginamos que con la pretensión de remover toda la bazofia que les fue dejando un tal Bolivar, junto con la de los nuevos cabecillas que tienen revueltos a tan magníficos países.

Porque lo que ha hecho Pedro Sánchez al regreso de sus vacaciones en lugar no concebido ni para un presidente de gobierno ni para un presidente de república, ha sido dar las instrucciones de que el Frente Popular se ponga en marcha para ir machacando a los políticos que piensan de forma dista a él en cuanto a cómo deben manejarse los asuntos del Estado y la Nación, frente a lo que opina una mayoría considerable de españoles, que tienen claro debe apearse definitivamente del Falcon y demás lugares en los que se encuentra en situación de concubinato o contubernio.

Pedro ha dado instrucciones de provocar, insultar, zaherir, machacar en todo lo posible, ultrajar, denigrar, vilipendiar, etc. a todo aquel que hable en contra de él mismo, de Pedro, y sus manejos, por los diferentes medios existentes o por crear, y puedan actuar, de forma que, de aquí a la fecha en la que se pueda convocar cualquier tipo de elecciones, hayan desaparecido del foro español. O sea, que como dice el refrán, todo el campo quede convertido en orégano.

Decimos, referente al susodicho Pedro Sánchez, que ha provocado una guerra del Frente Popular que maneja y controla con todo el salero de la cuna que él mismo se ha fabricado para actuar contra España, como hicieran sus coetáneos del año 1936, aunque dando descanso al fusil y las balas pues, de momento, el ambiente no está para esos juegos malabares, profundamente peligros, pues, quedó demostrado, ahí lo tiene todo perdido.

Y, está claro, a la guerra hay que responder con las mismas mañas si no quieres perderla. Es decir, que el resto de España, de los españoles, ya están perdiendo el tiempo en poner de manifiesto todas las mentiras que ha venido contando desde que asaltó el Parlamento, las tropelías que ha puesto en marcha con sus decretos aprobados en el Parlamento por las milicias que han ido sacando provecho con los acuerdos adoptados al efecto, el nefasto gobierno que ha aprovechado los beneficios otorgados a innumerables familiares y amigos por diferentes medios, el estado económico en el que se encuentra el país que será dificilísimo de enderezar lo que tendrá que ser a cuenta del sacrificio de los españoles, y un Estado calamitoso del que Pedro Sánchez será incapaz de sacar adelante por sí o con la tropa que lo acompaña; pues gente como la ministra de Trabajo y a la vez vicepresidenta del Gobierno que lanza a los sindicatos a la calle en contra de las acciones que debería llevar a cabo el propio Gobierno para encarrilar el país, no parece digna de grandes laureles, aunque se los ponga ella misma.

Naturalmente, todos esos españoles que no consideren la sharía de Pedro «lo más in» han de apuntarse, como en otro tiempo lo hicieron, en oposición a este Frente Popular, en el partido que únicamente puede actuar debidamente al respecto, marcando, eso sí, lo que se considera necesario hacer en el momento en el que se cambie la pancarta, desde enderezar la Justicia, pasando a la anulación de buena parte de los decretos de Pedro aprobados por el Parlamento, dando todo el valor que para el sostenimiento de la Patria tiene tanto el Ejército como las Fueras Armadas, promocionando una buena educación que vaya girando el comportamiento de la juventud desnortada, y un largo etcétera en este sentido, que es lo que necesita España.

Y, lógicamente, para oponerse al Frente Popular nada mejor que la solidaridad. Por eso traemos a estas páginas un botijo que el alfarero creo con ese fin. No sabemos quién es, pero seguro que está de acuerdo con nosotros. Y lo sacaremos a la calle como anuncio de la España que patrocinamos. No pretendemos enfrentamientos, simplemente eliminar a quienes han tomado por oficio romper la solidaridad a beneficio propio.