Me considero vejado
9/FEB.- No lo puedo remediar. Me siento vejado al tiempo que indignado. No creo merecerlo. Ni yo ni todos los españoles nacidos en el territorio que semeja una la piel de toro que decía Estrabón…
Publicado en el número 264 de 'Desde la Puerta del Sol', 9 de Febrero de 2020.
Ver portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa.
Me considero vejado
No lo puedo remediar. Me siento vejado al tiempo que indignado. No creo merecerlo. Ni yo ni todos los españoles nacidos en el territorio que semeja una la piel de toro que decía Estrabón. El que más y el que menos –hasta los más insustanciales y descreídos de su patria– considera que España es un país grande, hermoso, con mucha historia de todo tipo, y gentes con pundonor hasta el tuétano aunque algunos lo empleen mal.
Y estoy triste y me siento vejado porque quien tenemos como presidente del Gobierno del país, en vez de hacer valer la representación que ostenta de todos nosotros cuando llega el caso, se va en Falcon a rebajarse al nivel de un presidente de Comunidad Autónoma. Y lo hace, además, ante un presidente de desecho que ha sido condenado por los tribunales por quebrantar las leyes que tiene la obligación de cumplir y hacer cumplir.
Es decir, que se ha plantado en Barcelona, en el edificio de la Generalidad, ha permitido que Joaquín Torra le reciba como entre iguales de estados diferentes, con formación de los mozos de escuadra y bandera catalana en exclusiva.
Menos mal que, como Pedro Sánchez no entiende de banderas y poco de protocolos, no hizo ni puñetero caso a la enseña catalana, y hasta casi miró con extrañeza cuando Torra se paró a saludar a su bandera.
Como digo, me siento humillado porque el presidente del Gobierno de España haya ido a casa del aciago presidente de la parte de catalanes segregacionistas con el fin de convenir y pactar lo que ansían estos individuos, negándose a mantener una reunión con los catalanes españolistas que también tienen algo que decir al respecto.
- Y se ha reunido con Joaquín Torra para escucharle la copla de siempre, sin apearse absolutamente de nada, y diciendo, al terminar la sesión, después de escuchar a Sánchez que todo iba bien encaminado, que «ha sido el Gobierno el que ha roto el diálogo, pidiendo a Pedro Sánchez que tenga coraje y valentía para seguir adelante» con las conversaciones, sobre la base de que ellos están «atornillados a la mesa del diálogo, pero un diálogo con garantías, calendarios y contenido intocable», pidiendo, además, la presencia de un «relator» de acuerdo con lo ya manifestado en otras ocasiones. Sin duda humillante, inasumible y deshonroso para el presidente del Gobierno de España y de todos los españoles.
Está claro que, a pesar de lo que digan los que sostienen que esto hay que resolverlo con diálogo y acuerdos, lo que resultará imposible si los acuerdos no son los que piden los sediciosos.
Y, además, es francamente vergonzoso entrar en diálogo con un individuo condenado por los tribunales por incumplir las leyes, por manifestarse permanentemente en esa misma dirección, por provocar con la salmodia de que alcanzarán la independencia, profanando cada día la convivencia de los españoles de las distintas regiones de España.
Me siento profundamente vejado por tener aguantar todo este comportamiento vergonzoso, claudicante que, además, no tiene otro horizonte que mantener las ansias personales de un individuo y una camarilla que quiere subvertir el orden y convivencia entre una comunidad que viene haciendo historia común desde hace siglos, aunque con las particularidades que tienen su origen en las diferentes idiosincrasias según las distintas regiones y los diferentes rincones en los que vivimos.
El Parlamento de la nación tendría que llamar la atención a este presidente falto de pudor y escaso de honorabilidad. Aunque exista una mayoría interesada en que los hechos ocurran de esa forma. Pero los parlamentarios que estén empeñados en no perder la dignidad y el decoro no pueden seguir consintiendo esta deriva.
Como hemos dicho en más de una ocasión, el botijo es una pieza de cerámica que durante siglos, desde los fenicios, se ha venido fabricando en todos los alfares de España.
Por eso traemos con gusto un botijo en el que aparecen marcadas, sobre la palabra Hurta, una cruz, una campaña y un cántaro o botijo, y procede del valle de Nuria, Gerona, lugar entregado en la actualidad casi en exclusiva al deporte del esquí.