Este era el artículo que minuciosamente habíamos preparado... pero, sin preverlo, también nos llegó el castigo de la DANA (Depresión Aislada de Niveles Altos), que antes conocíamos por «gota fría», reflejándose dicho castigo en borrarnos todo lo que teníamos preparado para «El Mentidero...» de esta fecha. ¡Horror y desánimo!, pues después de andar trabajándolo nos encontramos con nada. Son problemas que produce la cibernética, sobre todo a los que trabajamos con elementos sencillos y nuestro conocimiento no pasa de lo básico. En sustitución, para no dejar un hueco, hemos procurado recuperar algunos de los artículos previstos, y hacer esta presentación en sustitución del artículo que se esfumó.

Es un equivalente a lo que le pasa a Pedro Sánchez. Su preparación no pasa de la que nosotros tenemos de la computación, y ni por aproximación nos asomamos a lo que llaman algoritmos, miedo nos da pensar en ellos. Lo malo en el caso de Pedro Sánchez es que se embarca en dirigir un país donde hay que tener un conocimiento –aunque sea de haber llegado solo al álgebra– de muchos aspectos de la vida, de la economía, de la cultura, y en general de aquello que obliga a la comprensión de un todo tan completo que se escurre por todos los costados.

Aunque en el caso presente, alusivo a la frase que encabeza el título de este comentario, nos referimos al ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaño García, quién, a pesar de su currículum se comporta como un necio, estólido, inconsciente e irresponsable –omitiendo el título que más nos gusta pero que eludimos para evitar se interprete que estamos produciendo un insulto–, no tuvo otra ocurrencia que lloriquear violentamente y con baba ante la prensa, remedando con burla a Feijóo con la frasecita «por favor, por favor, que le dejen gobernar un poquito». Y es que tamaño botarate, ante la entrevista habida entre Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, a petición del primero, no llegó a comprender –como tampoco su jefe– que el ganador de las elecciones el 23J planteaba una salida airosa para todos sin tener en consideración a los que ofrecían aviesamente sus escaños al representante del PSOE, toda vez que la hipoteca que supone contar con esos votos terminaría de destruir España.

Y Sánchez, con su chulería habitual y ambición inconmensurable, se negó a tener en consideración el proyecto de Feijóo, ni para echarle una miradita, despreciando la propuesta y a quien la hacía, lo que ha venido haciendo, junto con su cuadrilla, desde entonces. Sin molestarse, caso de que tampoco lo hiciera antes, de echar una ojeada al palmarés de Feijóo, quien últimamente, entre 2009 y 2022, ha ostentado la presidencia de la Junta de Galicia, con un éxito al que en ningún momento se ha aproximado Pedro Sánchez durante los cinco años de gobernar España, pues únicamente han sido tropezones de todo tipo.

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