¿Y qué hace Pedro en su visita a Oriente Próximo?
(Jordania, Arabia Saudí y Catar). Habrá que pensar, una vez más, que Pedro Sánchez no va a intentar solucionar uno de los grandes problemas que tiene el mundo; va a darse un garbeo.
Publicado en la revista El mentidero de la villa de Madrid (4/MAR/2024). Ver portada El Mentidero en La Razón de la Proa (LRP). Solicita recibir el boletín semanal de LRP.
Yo creo que lo que trata es de escaquearse de andar por aquí, por España, por la tierra de sus amores. Así se libra de que le piten en la calle, de evitar tener que dar la cara en el Parlamento y otros lugares, al tiempo de que pirulea por el mundo, cosa que le gusta más que a un niño un chupachú. Además lo hace gratis, a cuerpo de rey y le atienden como si fuera alguien importante, cosa que por estos pagos, salvo los pelotas, ya nadie le concede.
Según leemos en la prensa, el viajecito lleva la disculpa de «abordar a los líderes de esos países por el conflicto entre Israel y Hamás y la necesidad de un alto el fuego para aliviar la catástrofe humanitaria que vive Gaza». Y, como somos buenos, hasta nos lo creemos sin darle muchas vueltas a la chaveta. Por lo que, al parecer, para coordinarlo con lo que suelta por estos lugares nuestros, para tapar otros problemas que le surgen por aquí, defiende a los palestinos en general, donde se encuentran tanto los de Hamás, como las milicias de hezbolá, los yihadistas que van sembrando el terror por todo el globo terráqueo, los hutíes yemeníes, los takfirís de Al Qaeda y todo lo que está en torno al grupo terrorista del Estado Islámico, aunque cada cual actúe por su cuenta. Razón por la cual, lógicamente, los israelitas andan bastante indignados. Como lo están los países donde les cae un atentado con no pocas muertes y heridos.
Claro que, como segunda baraja –él, Pedro, siempre juega con más de una baraja, todas ellas marcadas– asegura que la gira tiene un «componente económico, sobre todo con Arabia Saudí y Catar, para sondear nuevas inversiones de esos países en España y la oportunidad que ofrecen a empresas españolas». De esta forma echa un capote a sus inclinaciones y queda más o menos bien ante casi todo el mundo. Aunque se le olvidará tratar con las autoridades saudíes que se tope, lo tocante a los derechos humanos, tema que suele salir a relucir en todas las visitas a Arabia Saudí, al tratarse de un país que los vulnera de forma sistemática y que nunca aclaró el asesinato del periodista Jamal Kashoggi en 2018, por lo que Pedro pidió explicaciones en su día.
Para rematarlo, al parecer, viaja vistiéndose de colaborador con la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, por lo que, cuando llegue a Amán, irá a hacer una visita al campo de refugiados palestinos de Jabal el Hussein; campamento que no es de ayer, sino de 1952, cuando los palestinos salieron de su país como resultado de la guerra entre árabes e israelitas, que todavía no ha terminado. Y disfrutará del iftar, el momento en el que se rompe el ayuno en el periodo del ramadán, invitado por el emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani.
No es que nos parezca mal que un representante español visite otros países. Pero en el caso de Pedro Sánchez no queda claro a qué ha ido en tiempo del Ramadán. Y menos arrogándose que lo hace en nombre de la UE o la ONU como deja caer, sin llevar en el macuto nota de que el mundo entero está asustado y temeroso respecto a los terroristas que salen de esos y otros países del entorno, y no se toca, que sepamos. Ese sería el principal tema a tratar. Por allí se fabrican los terroristas. Por aquellos lugares andan los promotores del Estado Islámico que pretenden convertir al mundo entero al islamismo. En esos países se prohíbe el cristianismo mientras ellos llenan de mezquitas Europa.
Habrá que pensar, una vez más, que Pedro Sánchez no va a intentar solucionar uno de los grandes problemas que tiene el mundo; va a darse un garbeo a cuenta de los impuestos que pagan los españoles, en ocasiones con Begoña. No sabemos si en este viaje le habrá acompañado. No se dice nada al respecto.
A nosotros nos gustaría que, en vez de andar de Rasputín por esos mundos de Dios, dedicara más tiempo a poner las medidas necesarias para eliminar de nuestro país el narcotráfico, educar a los jóvenes para evitan tantos hechos salvajes como existen, tantos asesinatos, tantos suicidios, tantas violaciones, robos, estafas, etc., ordenando la vida de los españoles sin meterse en ella. Y si es necesario, y lo es, haciendo una limpieza de inmigrantes que no son pocos los que originan esos desmanes, aunque se oculte mencionar de dónde son los actores.