Sánchez no deja de tropezar

Lo que resulta absolutamente incomprensible es cómo, a estas alturas, el sanchismo lleva tras sí a más de cinco millones de españoles.


​​Publicado en la revista El Mentidero de la Villa de Madrid (14/JUN/2024). Ver portada El Mentidero en La Razón de la Proa (LRP). Solicita recibir el boletín semanal de LRP.

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Sánchez no deja de tropezar

Cada vez que Pedro llega al final de una etapa y toma asiento en cualquier lugar, al levantarse se encuentra con un pedrusco y da un tropezón que lo deja tiritando. Por ello se tiene que retirar cinco, o dos días únicamente, para meditar por dónde ha de seguir machacando a los españoles con sus tretas. Aunque no únicamente se aísla en clausura en la Moncloa, más veces lo hace tomando el Falcon y viajando por el mundo para entrevistarse con otros gobernantes con el fin de darles alguna lección de cómo se ha de comportar un político de altura.

A pesar de los cuentos que larga a sus seguidores, las mentiras con la que los alimenta, las trampas que utiliza para convencerlos, los puentes que pone para cruzar los arroyos, cada día va perdiendo gente por el camino. Eh ahí los números de las estadísticas. No obstante, como siempre cuenta en él los consejos y el ánimo de Begoña, aunque no sean proféticas, sale con nuevas ideas o decisiones.

Ahora Pedro manda la contenida ley de amnistía al BOE y da por seguro que Puigdemont ya puede venir a hacerse cargo de la presidencia de la República de Cataluña, o como quiera llamarla el prófugo, sin contar con lo terco que es el Juez Llarena, quien lleva su caso y mantiene la orden de arresto pese a la amnistía. Razón por la cual, Puigdemont que es taimado, y no le va mal el juego que realiza desde Francia, aguantará en espera de que se aclare si la ley de enmienda le liberará de todo mal, y conste en los papeles que él queda limpio de todo pecado.

Lo que resulta absolutamente incomprensible es cómo, a estas alturas, el sanchismo lleva tras sí a más de cinco millones de españoles. Ni el flautista de Hamelín consiguió arrastrar tantos ratones y eso que lo tenía fácil. ¿Hay que pensar que en España abundan los necios hasta lo insospechado? ¿Es tan convincente el verbo falsario de Pedro que sojuzga a una masa tan numerosa? ¿Qué esperan de él? ¿No se dan cuenta de lo que cada día les está quitando con artimañas embaucadoras? Sin duda habrá que tener en cuenta lo que nos dijera Ramón y Cajal cuando expuso que «razonar y convencer, ¡qué difícil, largo y trabajoso! ¿Sugestionar? ¡Qué fácil, rápido y barato!». El valor de Pedro debe ser la sugestión que es capaz de arrastrar tras él tanta gente para mantenerse en el podio, para sostener a un miserable que, tan pronto caiga del pedestal, los dejará en el fango que viene produciendo desde hace tiempo, cosa que minuto a minuto se va viendo más cercano. Da pena contemplar tanto el sacrificio.

Por otro lado Yolanda presenta de mentirijilla su dimisión de «jefa» de Sumar, envuelta en una supuesta gallardía que encubre un acto de soberbia, y pensando, seguro, en no perder todo lo que tiene sin merecerlo, ajustando las bridas para aguantar algo más en la carreta. Porque Yoli se ha dado cuenta de que no es capaz de engañar por más tiempo a la gente que se emocionaba con sus gestos, sus gritos y sus decisiones absurdas, aspavientos que, de momento, deja en manos de sus seguidores, pero sin perder el mando, pues ha aprendido los juegos de Pedro Sánchez, y ella, en estos momentos, ha dicho que se va... pero que se queda. –¡Osú, que complicados son–; y, desde luego no quiere perder la representación ante el Gobierno. Toma las de Villadiego, se planta de ir de la mano de sus muchachos dejándolos un poco sin saber qué hacer, pero sin apearse de la carroza. No desiste de su proyecto, lo guarda en el bolso, como guarda su fe en el partido comunista que tanto ama desde joven. Por lo tanto, no abandona la vicepresidencia de Gobierno que la proporciona 80.000 euros anuales, más otros añadidos que no son moco de pavo, como la vivienda de más de 400 m2 de la que disfruta sin costo alguno.

Un servidor, que es más prosaico y pedestre, piensa que lo mejor que podía hacer era volver a su tierra, aunarse con la gente que marisquea en las zonas de bajamar para extraer los bivalvos que tanto nos gustan –almejas berberechos, navajas, ostras, vieiras– pues sin duda es un gremio de trabajadores mal organizado ya que las estadísticas hablan de un 80% de mujeres y un 20% de hombres, lo que es una clara manifestación de falta de igualdad. Seguro que ella lo organizaría enseguida. Y enseñaría a las mariscadoras cómo vestirse pues van al trabajo con una ropa ajada y anticuada.