Son como quincalla
Publicado en el Nº 350 de 'Desde la Puerta del Sol', de 18 de septiembre de 2020.
Ver portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa.
Si les escuchamos o se observa lo que hacen, cuál es su comportamiento, uno se imagina que son como la quincalla que el buhonero ha ido recogiendo del sobrante de una cacharrería. Les falta clase para estar en los estantes, no tienen la calidad y belleza para representar a su especie en un aparador de postín. ¡Qué va! Como decía, con oír sus manifestaciones es suficiente. Por ejemplo cuando Carmen Calvo responde a Espinosa de los Monteros con una frase lapidaria: «Yo hablo con usted porque estoy obligada»; o cuando Fernando Grande-Marlaska –¡un ministro de Interior!– expone su pesar por la desaparición de un asesino a voluntad propia (como si el occiso hubiera tenido en cuenta la ley de eutanasia por la que los chamarileros han luchado tanto tiempo): «No es buena noticia el suicidio de ningún etarra en prisión»; o cuando Pedro Sánchez machaca constantemente a Pablo Casado con la tabarra de la corrupción del PP, olvidando la corrupción de su partido por todos los rincones del país, junto a la de sus amigos de la troupe de Podemos que, si seguimos lo que se escribe, traspasa nuestras fronteras;...
Sin olvidar la defensa a los okupas que ha hecho en el Parlamento Pablo Iglesias aludiendo a que solo se meten en pisos de los bancos, a los que hay que machacar, sin, al parecer, ver los telediarios en los que sale la pobre gente a la que prácticamente han echado de su casa, encontrándose, cuando se van, con que les han destrozado y desvalijado todas sus pertenencias; obligando a policías y guardias civiles a llevar a la puerta del Congreso un ataúd para recordar al presidente Sánchez que los etarras no son Hermanos de San Juan de Dios como para enturbiar a todo el Congreso con las palabras de pésame que ha proferido por el suicidio de un asesino;...
Abusando el buhonero de sus prerrogativas y pueda estar ejerciendo todo el poder de un dictador en la televisión del Estado a través de los investidos todopoderosos Rosa María Mateo y el retorcido Enric Hernández, de forma que puedan ascender a la hermana de una candidata de Podemos a presentadora del histórico programa Informe Semanal; abochornando el hecho de que el conjunto de la chamarilería premie con 30.000 € a un tal Buenafuente, en plena hecatombe económica, otorgándole el Premio Nacional de Televisión del Ministerio de Cultura y Deportes siendo un individuo que legitima, precisamente en la televisión, las tesis de los proetarras; sin dejar escapar cómo se esconde la reunión tenida por Pablo Iglesias con los separatistas de ERC y BILDU suponemos que para intercambiar intereses a cuenta de los presupuestos del Estado.
Todo esto, y mucho más que dejamos en el tintero, son cosas que se pueden ver en la prensa de cualquier día. Menos mal que de vez en vez sale algún personaje inesperado que pone las cosas en claro. Estos mismos días ha sido Carmen Lomana quien ha definido la pandemia, valorando a su portavoz Fernando Simón con el siguiente comentario: «Alguien de Sanidad tendría que haber aparecido siempre perfectamente aseado».
Lo dicho, andamos movidos por un buhonero que tiene a su servicio la quincalla que ha ido recogiendo de diferentes chamarilerías, quienes hablan idiomas distintos, no dan un mínimo para ser aprobados, a veces son chuscos por no decir groseros, y mienten a discreción, engañan prolíficamente, y tratan de romper la unidad patria, que es en lo que más disfrutan. Y esta tropa es la que ha aprobado en Consejo de Ministros la Ley de Memoria Democrática para ser sometida al Parlamento y el Senado.
Aunque muchas veces dan ganas de llorar, hay que aguantar ese impulso. Y recordar que si la historia ha superado momentos más endebles en el pasado, no será difícil remover en el colador el puré que tenemos ahora para que pase la parte buena para ser disfrutada, quedando sin colar los restos más bastos, incomibles, desagradables. Estos amigos toledanos que hoy traemos con nosotros, esperaron tranquilos años atrás, sin prisa alguna, a que los llegara el turno de poder llenar el botijo de agua de la cisterna de la Catedral de Toledo para celebrar el 15 de agosto a festividad con «el agua de la Virgen». Nuestro 15 de agosto llegará algún día, esperamos que no lejano, aunque coincida con otro día cualquiera del calendario.