Zapatero, el pacificador
11/12.- Está considerado por los 'malandrines' como el líder europeo más informado y conocedor de los asuntos de aquel país que llegó a ser el más adelantado de la Hispanidad.
Publicado en la revista Desde la Puerta del Sol, núm 388, de 11 de diciembre de 2020.
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Nicolás Maduro, al parecer, recoge toda la mugre que ha parido el occidente de habla hispana. Allí tuvieron a Iglesias, Monedero y Errejón fundamentalmente, acompañados por otros atláteres que medraron igualmente que ellos; incluso también estuvo por aquellos andurriales Vestrynge, en su deambular de un lugar para otro sin hallar el asiento en el que encontrar más acomodo.
No es que los mencionados «hombres de Estado» –como sin duda los calificará Carmen Calvo, María Jesús Montero e incluso Pedro Sánchez– ahora hayan renunciado a las relaciones con el amigo Maduro, sino que las mantienen más a celadas para no levantar más polvo del que se aprecia en los legajos judiciales, como también lo hace el ministro Ábalos –el señor que se presenta como que no ha roto un plato y los debe destrozar por docenas– aunque, dado que tiene que apechugar con todos los mandados de Pedro, no le cabe otro recurso que dar la cara cuando se lo ordenan, aunque se la rompan cada dos por tres.
Pues bien, a pesar de las relaciones encubiertas de tan distinguidos «hombres de Estado», hace ya algunos meses, o años, surgió la participación de Rodríguez Zapatero en los revoltijos con el susodicho Maduro, y anduvo de zascandil de aquí para allá formando parte de las misiones que recorrían Venezuela para asegurar que por aquellas tierras todo era normal, no sucedía nada, ningún paisano se quejaban, y las elecciones que celebraba Maduro era de lo más correcto que ha parido madre.
Pero hora, este enredador, timador o cuentista se ha convertido en el primer valedor del tirano venezolano –o así parece– y, con su cara de tonto pero más dura que el cemento, asegura a todos los vientos que nadie en el mundo mundial tiene realmente idea de lo que pasa en Venezuela, que todo lo que se cuenta no deja de ser bulos con la influencia mezquina de la mala intención de los miembros de la oposición.
Está considerado por los malandrines como el líder europeo más informado y conocedor de los asuntos de aquel país que llegó a ser el más adelantado de la Hispanidad cayendo –según los propios venezolanos que tienen que aguantar las arremetidas de Maduro y sus mesnadas– a uno de los últimos lugares, incluso en estos tiempos en que no son pocos los otros países que llevan también una trayectoria tremenda.
Tan está fuera de comba nuestro bullicioso enredador que hasta el propio Gobierno español ha decidido lavarse las manos respecto a sus trapicheos, y hasta lo hace despectivamente –lo que, tratándose del mundo de Pedro Sánchez, puede ser una estratagema–, de forma que sus declaraciones son consideradas como personales, los viajes que hace cada dos por tres no implican a nadie más, y él mismo ha llegado a decir que habla como persona individual.
Y este señor fue presidente del Gobierno español con la gloria de haber sido el peor de toda la historia del país hasta donde se remontan los tiempos. Claro que –imaginamos– se estará forrando con tanto trajín, por lo que la inspección de Hacienda debería ir investigando dónde guarda lo que saca por sus desvelos de arreglar el mundo.
Además
No podemos dejar que se pierda por los entresijos de las claraboyas de la política quién ha sido la figura insigne que se ha hecho con la portavocía de Podemos en la capital de España, o sea, Madrid: nada menos que José Luis Nieto Pereira, militante de importante currículum, entre cuyos másteres está el atraco, en 1982, de un banco junto con independentistas gallegos.
Además
Parece que fue certero nuestro artículo de hace unos días sobre l inclusión de los «allegados» entre los que podían andar como Pedro por su casa durante el puente navideño. Hasta el punto de que, como decíamos, la Policía Nacional y la Guardia Civil están teniendo no pocos problemas en distinguir quienes son unos u otros «allegados» para concederlos el pase o enviarlos para su casa.
Ellos mismos dicen que: «Así será difícil establecer cualquier control en carreteras o puntos de comunicación –estación de tren y autobús o aeropuertos– y hacer que la gente no viaje al lugar que más le convenga (…) Es un coladero y de poco servirá que despleguemos miles de agentes».
Además
Hemos de confesar que, hace años, cuando el ministro Marlasca actuaba de Magistrado, nos caía bien, parecía serio en lo que hacía. Incluso llegó a ser considerado juez estrella cuando fue juez de la Audiencia Nacional; más adelante, al sustituir al juez Garzón en el Juzgado Central nº 5, se atrevió a abrir la investigación del caso Faisán por el chivatazo a ETA; aunque, luego, siendo presidente de la Sala Penal de la Audiencia Nacional, fue un tantico apresurado al hacer uso de su voto de calidad para excarcelar a nueve etarras sin esperar la decisión del Tribunal Supremo sobre la aplicación de la doctrina Parot; pero, eso sí, cuando fue elegido miembro del Consejo general del Poder Judicial se señaló como parte del núcleo duro.
Por todo ello ahora nos ha desilusionado, haciendo aguas como ministro, sometiéndose a todas las decisiones de Pedro Sánchez en sus chalaneos con unos y otros, ablandándose como lo hace respecto a los representantes de ETA, y mintiendo como también lo hace frecuentemente, últimamente con el caso del traslado de los pateros arribados a las costas de Canarias, que están llegando a la Península en vuelos a diferentes Comunidades, de lo que al parecer no tiene ni idea aunque entre de alguna forma en su cometido, y solo acuse recibo respecto a los trasladados a Granada, lo que justifica con que ha sido un vuelo particular que se ha pagado cada uno lo suyo.
¡Pero Fernando!, ¿es que consideras a todos los españoles tontos del haba?, ¿te lo ha pegado Pedro Sánchez? Nos has desilusionado. O antes no eras tan bueno, tan estrella, o ahora has perdido todo lo que te ornaba en otros tiempos. Una pena. Será difícil levantar el vuelo nuevamente.
Para que se vea que no somos roñosos en el camino hacia las fiestas navideñas, hoy traemos un botijo antiguo, de gran tamaño, decorado con florecillas. Como se da en la mayoría de las ocasiones, tampoco disponemos de los datos del alfarero que lo hizo y en qué lugar de España.