Defender la justicia y luchar por imponerla

8/FEB.- En el XXV aniversario de la creación del Grupo de Veteranos de la OJE en Cataluña.


Publicado en su núm. 244 de la revista Trocha, de febrero de 2023. Editado por Veteranos OJE - Cataluña. Ver portada de Trocha en La Razón de la Proa. Para recibir el boletín de Trocha

Defender la justicia y luchar por imponerla

La Organización Juvenil Española (OJE) fue una gran escuela para todos aquellos jóvenes que tuvimos la suerte de pertenecer a ella. Su Promesa fue un referente que nos ayudó a elaborar nuestro proyecto de vida enmarcado en unos valores universales.

Es cierto que la sociedad es dinámica y cambia, y la gran mayoría de miembros que estuvimos vinculados a la OJE, algunos de ellos, aún actualmente como veteranos, hemos sabido adaptarnos a los nuevos tiempos, ya que precisamente en nuestra Organización nos enseñaron a gestionar los cambios y a afrontar la adversidad. Pero adaptarnos a los nuevos tiempos no ha supuesto renunciar al sentido común, es decir, a la capacidad para juzgar razonablemente las situaciones de la vida cotidiana y decidir con acierto.

Vivimos unos momentos sociopolíticos caracterizados por la implantación de pensamientos únicos, donde el relativismo es utilizado por ciertos sectores ideológicos como una doble vara de medir para sentenciar quien es bueno y quien es malo, la verdad histórica o qué es corrupción con amplificador o cuándo se silencia. No obstante, la gran protagonista del momento es la mentira, eufemísticamente llamada posverdad, a la que se le da valor revolucionario o se acepta a cambio de un bien mayor.

La situación descrita cuesta de gestionar por parte de quienes conservamos los valores de la OJE, en ocasiones nos envuelve la perplejidad. Pero el sentido común y unos valores consolidados evita que nos confundan y manipulen con burdas técnicas como la ventana de Overton, la del síndrome de la rana hervida, por citar algunas, entre otras.

Lo cierto es que la Organización nos infundió un estilo de vida, un saber estar, un afán de servicio, valores y códigos morales prosociales que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida, y en agradecimiento a ese legado nuestra fidelidad a la OJE no se ha desvanecido siguiendo vinculados a la Organización en calidad de Veteranos.

No obstante, tampoco tenemos que ser ilusos, muchos jóvenes que en su día pasaron por la OJE hoy están situados en un posicionamiento antagónico al pensamiento y estilo apolítico de los valores universales de la Organización. Estamos hablando de aquellos que confundieron, a sabiendas, el “vale quien sirve” por el “vale quien se sirve”. Fueron afiliados motivados por los cargos de la entidad que no le rentaban económicamente, pero sí en su ego, pero que también buscaban rentabilidad en el capital social de la entidad para sus fines de futuro. Hoy estos antiguos miembros de OJE se les puede encontrar arrimados al sol que más calienta, vestidos a lo progre con la misma finalidad de cuando iban impecablemente uniformados en los actos de la OJE. Son medradores nihilistas, aunque prediquen lo contrario.

Los campamentos, el estudio y formación, las actividades culturales, deportivas, de aire libre y la camaradería, cuando éramos flechas, arqueros, cadetes o guías, se convirtieron en una fuente permanente de ilusión y alegría que complementaban nuestra educación no formal y el ocio de nuestras vidas.

Lamentablemente, muchos jóvenes, en la actualidad, de forma sutil, son evocados al hedonismo, a los botellones, al consumo de marihuana, al sexo compulsivo y al pensamiento woke entre otras dispedagogías que recuerda un conocido decálogo que promulgaba para el control social: Corrompa a la juventud y dele libertad sexual”. Un ocio antagónico al que nos ofreció la OJE, institución que algunos sectores políticos demonizan sistemáticamente con mantras vacíos de fundamento, ya que no les interesan jóvenes y en definitiva, ciudadanos con los valores de la OJE, capaces de desmontar sus falsas promesas que son populares pero difíciles de cumplir y otros procedimientos similares para convencer a los ciudadanos y convertirlo en instrumento de la propia ambición política y por ende su modus vivendi.

Huxley, en 1932, en su novela distópica Un mundo feliz predijo el concepto dictadura sin lágrimas hoy conocida como la “nueva normalidad”, una normalidad que desde nuestros valores OJE toma categoría de anomalía democrática.

A los veteranos de la OJE nos ha tocado vivir un contexto sociopolítico indigesto. No por ser de derechas o de izquierdas, sino por contradecir los once puntos de nuestra promesa.

Como dijo el filósofo y sociólogo francés Edgar Morin: Si tu pasado es experiencia, haz del mañana sentido común”, aforismo que nos podemos aplicar los veteranos de la OJE, ya que como dijo Cicerón: La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”. De ahí el cumplimiento del séptimo punto de la promesa: “Defender la justicia y luchar por imponerla, aunque su triunfo signifique un mayor sacrificio para mí”.

V.Q.S.