Esperpento, astracanada, sainete
Nos dirigen desde el esperpento, la astracanada y el sainete. Todo muy barato. No sé si me produce más tristeza que risa.
Publicado en El Debate (23/ENE/2024), y posteriormente en El mentidero de la Villa de Madrid (25/ENE/2024). Ver portada El Mentidero en La Razón de la Proa (LRP). Solicita recibir el boletín semanal de LRP.
El lector conoce, a poco que haya soportado generosamente mis artículos, que cuando tengo ocasión relaciono la política con la literatura. Mi relectura de Valle-Inclán estos días y la cercanía de intención, que no de estilo ni de fondo, de ciertas páginas suyas con algunas de Muñoz Seca, otra de mis admiraciones literarias, me han llevado a una rara desembocadura. Encuentro en lo que dice el equipo ministerial de Sánchez, y él mismo, reflejos baratos del esperpento de Valle-Inclán y la astracanada de Muñoz Seca.
Aclaro que ello ocurre sin altura ni calidad. Sin talento. Chistoso, sin más. El esperpento, concepción literaria creada por el singular gallego en 1920, deforma la realidad acentuando los rasgos grotescos. La astracanada, cultivada sobre todo por el genial portuense, teatraliza la realidad desde el humor inteligente y saca partido al retruécano. Valle Inclán opinó: «Quítenle al teatro de Muñoz Seca el humor; desnúdenle de caricatura, arrebátenle su ingenio satírico y facilidad para la parodia, y seguirán ante un monumental autor de teatro». Su última muestra de ingenio la dirigió Muñoz Seca a quienes iban a asesinarle de inmediato en Paracuellos.
Podría añadir el sainete a la muestra de delirios del gobierno sanchista. Una pieza dramática popular y burlesca que solía representarse en los intermedios o al final de las funciones. Otra definición va mejor con los ejemplos que habré de comentar: «Situación o acontecimiento grotesco o ridículo y a veces tragicómico». La antología resulta muy escasa por falta de espacio no por escasez de disparates.
La vicepresidente primera, María Jesús Montero, aparte de sus gracietas sobre la calvicie de un dirigente del PP que si a alguien se le ocurriese hacerle bromas a ella sobre su físico o su atragantada forma de hablar se armaría, es protagonista de muchos videos curiosos. Elijo uno. Aseguró en un pleno del Congreso que la sanidad pública gratuita, la educación para todos, y el sistema público de pensiones se debían «a gobiernos de Felipe González», y llamó ignorantes a quienes pudieran creer que eran «conquistas franquistas». ¿Montero lo ignora? Claro que no. ¿Esperpento, astracanada, sainete?
La vicepresidente segunda, Yolanda Díaz, comunista, ha definido la economía social como una «economía horizontal», una «economía que abraza» porque «es una economía feminista, que quiere a la gente, que le habla a la vida, que es amable». Recibí el video con un aviso: «¿Se puede ser más ignorante?». Yoli se fue a Galicia en Falcon, derrochando combustible, para recoger, en defensa del medio ambiente, unas bolitas de plástico. Cuando lo del Prestige la culpa era del Gobierno de la nación, y ahora es del regional, pero se olvida que lo mismo ocurre en Asturias, en Cantabria o en el País Vasco, pero, claro, ahí no hay elecciones. ¿Esperpento, astracanada, sainete?
La vicepresidente tercera, Teresa Ribera, la armó con su ataque al juez García-Castellón al que acusó de prevaricador y aseguró que «siempre defendía a los mismos por motivos políticos». La acusación se apuntalaba en una falsedad. El mismo juez García-Castellón llevó casos relacionados con el PP, entre ellos el conocido como Púnica. La vicepresidenta no fue defendida por los suyos como pensaba, pero el daño a la Judicatura estaba hecho. Acaso es lo que esperaba Sánchez, experto en tirar la piedra, desmentirlo, y que quede vivo un nuevo asunto. ¿Esperpento, astracanada, sainete?
Oscar Puente, ministro de Transportes, conocido ya por su finura y elegancia, produjo una curiosa unión conceptual. Quiere «convertir las infraestructuras en un vector de igualdad». Y lo siguiente: «La movilidad sostenible, sana y segura es una movilidad femenina». Se pregunta el ministro: «¿Quiénes se mueven en las ciudades de forma sana, sostenible y segura?» Y se contesta: «Las mujeres». ¿Esperpento, astracanada, sainete?
Ernest Urtasun, ministro de Cultura, de Sumar, se estrenó confundiendo un cuarto de siglo con medio lustro. Cree que la mayoría de los españoles coinciden con él en contra de la tauromaquia, y compara la obra de España en Hispanoamérica con la de los belgas en el Congo, posesión personal de Leopoldo II de Bélgica. Ignora las leyes de Indias, la igualdad de los españoles de uno y otro lado del océano, y la obra de España desde las universidades a la cultura compartida, la lengua y la religión. Al titular de Cultura se le ha ocurrido que todos los españoles aprendamos catalán. Una autocracia se caracteriza porque en ella lo que no está prohibido es obligatorio. Y espero que no trocee y disperse el Museo del Prado; debería preguntarse por qué el Louvre o el Hermitage no lo hacen. ¿Esperpento, astracanada, sainete?
A la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, comunista, se le ha ocurrido, qué lista, una medida muy sencilla para resolver un grave problema: «El paro lo crean los que despiden. Y los que despiden son los empresarios. Acabando con los empresarios, acabaremos con el desempleo». Ignorancia supina de la persona encargada de las acciones gubernamentales dirigidas a nuestros jóvenes y niños. ¿Esperpento, astracanada, sainete?
Enrique Santiago, que fue secretario de Estado, y es secretario general del Partido Comunista y antiguo abogado del narcoterrorismo de las FARC, ha declarado: «El narcotráfico no es un crimen sino una forma de financiación de la lucha política». Como compensación a sus esfuerzos recibió la nacionalidad colombiana. ¿Esperpento, astracanada, sainete?
Y, al fondo del escenario, se mueven los fiscales. Ya sabemos de quién es la Fiscalía. Pues eso. Se considera grave que Abascal se refiriera en un periódico de Buenos Aires a algo que hay quien puede desearle a Sánchez. Se desea lo bueno y lo malo; hay gente pa to. No es delito quemar una figura del Rey o que algún miembro del Gobierno desee que le guillotinen; eso es libertad de expresión. Desear que a Sánchez no le toque la lotería acabará siendo delito. Nos dirigen desde el esperpento, la astracanada y el sainete. Todo muy barato. No sé si me produce más tristeza que risa.