Voceros y sabandijas
17/02.- El desmedido afán de los partidos políticos por acapararlo todo no tiene límites, no solo intentan acaparar los poderes del estado ajenos al ejecutivo, tales como la justicia, sino que también se esfuerzan en controlar y dominar todos los llamados poderes fácticos.
Publicado en el número 20 de 'Somos', de febrero de 2020.
* En la sección Opinión. Autor Juan Villanueva.
Editado por la asociación cultural Avance Social.
Ver portada de Somos en La Razón de la Proa.
Voceros y sabandijas
El desmedido afán de los partidos políticos por acapararlo todo no tiene límites, no solo intentan acaparar los poderes del estado ajenos al ejecutivo, tales como la justicia, sino que también se esfuerzan en controlar y dominar todos los llamados poderes fácticos.
Uno de ellos, quizá el más importante, es “la prensa” que en las democracias liberales cumplen, al menos teóricamente, un papel importantísimo al servir de resorte de control independiente del poder.
Nada más lejos de la realidad, a diario vemos como voceros baratos y sabandijas de toda índole, acaparan casi por completo los puestos de tertulianos en la televisión.
Sin duda alguna, tales personajes son designados por los partidos con la finalidad de mantener, lo más impoluta posible, la imagen del que le da de comer, es decir “el partido”, aunque éste esté hasta el cuello de mierda.
¡Qué basura de periodismo!
Ahora me acuerdo de aquellos auténticos periodistas, que sin tanta alaraca y autobombo, realizaban una magnífica labor informativa, a la par que traslucían educación exquisita y profesionalidad a toda prueba.
Son de recordar periodistas tales como Emilio Romero, que pese a su mal atribuida fama de adicto al régimen, ahí queda su esplendida labor de auténtico maestro de jóvenes periodistas, tales como Jesús Hermida y otros muchos, amén de magníficas creaciones de prensa.
También son dignos de recordar Antonio Fontán, magistral director del Diario Madrid, en el que brillaron muchos con luz propia, tales como Juan Manuel Gozalo, Chumy Chumez o un periodista deportivo y algo más cual era Cereceda.
También conviene no olvidar a un periodista de raza cual fue Rodrigo Royo, hombre de ideología azul y honradez y honestidad a toda prueba.
Con cariño y feliz recuerdo debemos mencionar a periodistas maestros de la síntesis y la brevedad, pero de acertadísimos comentarios rediofónicos. Tales son Quilates y Gilera.
Por último, mencionar a don Antonio Díaz Cañabate, maestro singular de la pluma dedicado a la crítica y comentario taurino.
¡Dios, como se les echa de menos!