Fraudes a la unidad de Europa
Una Europa unida ante lo universal requiere que las naciones que la componen recuperen su dignidad, y esta sea respetada y compartida por las demás.
Fraudes a la unidad de Europa
Parece que no importa que exista una burocrática Unión Europea y que algunos nos emocionemos con las notas de Beethoven en su himno.
- Parece que no importa que aquí, en España, rijan sus destinos Manuel Azaña, Francisco Franco o Felipe VI, gobiernen Martínez Barrios, Carrero Blanco, Felipe González, Rajoy o Sánchez.
- Parece que no importa el Régimen o el grado de sumisión que adoptemos ante los ucases democráticos de Bruselas…
Seguiremos, por los siglos de los siglos, soportando la enemiga de países que tienen clavados en sus ADN una serie de agravios históricos que pueden remontarse al Duque de Alba, a la Gran Armada de Felipe II o al corte de mangas que propinó una España con cierta dignidad en forma de cierre de la verja del contrabando gibraltareño.
- Esos agravios históricos pluriseculares convierten en papel mojado las órdenes de extradición de quienes intentaron subvertir un orden jurídico, usar para ello fondos públicos y, lo que es mucho más grave, atentar contra la unidad de España; para ellos —los sediciosos, según el TC— esos países son una especie de refugio en lo sagrado, ante el cual se estrella cualquier reclamación por parte de la España integrada, como ellos, en la UE.
- Los Antonio Pérez del siglo XXI obtienen acogida y parabienes, aunque sean tan traidores como aquel personaje del siglo XVII.
Esos países acogedores de delincuentes son profundamente antieuropeos.
- Dicen asumir una Europa unida con la boca pequeña, mientras, con sus acciones, desmienten cualquier propósito e idea de europeidad.
- Una Europa unida ante lo universal requiere que las naciones que la componen recuperen su dignidad, y esta, en consecuencia, sea respetada y compartida por las demás.
- Lo contrario se llama, aquí y allí, vulgar nacionalismo: eón de Babel frente al eón de Roma, que dijo el catalán Eugenio d´Ors.
Otra cosa es también que las naciones quieran recuperar su dignidad.
- ¿Ha habido alguna actitud seria en este sentido por parte del Estado español?
- No la vemos. Meteduras de pata, al estilo sanchista, a montones.
- Vergüenza torera y gallardía, por ninguna parte. ¡Podre España y pobre Europa, condenadas a dar vueltas sobre sí mismas!