Los significados que en principio evocan las palabras acercar y acercamiento suelen ser positivos: arrimar, juntar, aproximar, relacionar, unir, converger, reconciliar, armonizar... Pero es una percepción algo equívoca pues no todos los acercamientos resultan necesariamente beneficiosos, ya que caben que sean en sí directamente perjudiciales al colocarnos en una situación de peligro: como cuando nos aproximamos hacia un abismo o a la atracción de un mal. 

Algo así sucede con la actual pandemia, donde nos aconsejan que lo positivo es precisamente guardar unas mínimas distancias para evitarnos posibles contagios. Justo lo contrario de lo que viene haciendo cada viernes desde hace meses el Gobierno Sánchez y su menguante ministro del Interior, al aplicar una política de acercamiento de los asesinos etarras a las prisiones más próximas a sus familiares y allegados, para mañana de matute largarlos a la calle. 

Acercamientos que no se hacen por humanidad, sino como pago al apoyo que el gobierno recibe de los partidos que respaldan a los terroristas. Acercamientos que distancian más aún a las víctimas de las promesas que mil veces les hicieron. Acercamientos que salpican al gobierno con la sangre de los inocentes y que significan una nueva burla a la memoria, la dignidad y la justicia.