La avanzada y rompedora ética sanchista
Publicado en primicia en la sección opinión del digital Sevilla info (25/JUL/2023), posteriormente recogido por La Razón de la Proa (LRP). Recibir el boletín de LRP.
Tras estas Elecciones Generales se ha demostrado el error de quienes pensábamos que Pedro Sánchez pagaría lo de ser un incorregible mentiroso y faltar sin pudor a sus palabras y promesas. No hemos sabido valorar que tan limpio personaje, cuando se justificaba diciendo que él no mentía ya que no intentaba engañar a nadie, sino que sólo cambiaba de opinión según las circunstancias, en realidad estaba proclamando una rompedora ética política de elevada enjundia filosófica similar a la del «infinitólogo» Zapatero.
Reconozcamos que estamos ante una avanzada ética progresista que se sintetizaría en el siguiente principio: En tanto que mentir es decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa con la intención de engañar, no cabe ya acusar a nadie de ser un mentiroso, pues ello exigiría, además de ser consciente de faltar a la verdad, hacerlo con la finalidad de engañar. Dos requisitos que resultan poco menos que imposibles en un mundo como el actual que alardea de que el acceso a la verdad es dificilísimo y que el interior de cada persona es prácticamente inaccesible.
Tras el aval de confianza que millones de españoles le han otorgado con sus votos a Pedro Sánchez, no sólo dejamos atrás la caduca y trasnochada obligación de que un político cumpla sus promesas, sino también la ancestral y cavernaria distinción entre verdad y mentira. Seguimos progresando.
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