Héroes asincrónicos
No es cierto que la política española esté repleta de cínicos y acomodaticios, carentes de valores y hasta de valor. Y no lo es, porque casi diariamente podemos observar cómo especialmente en determinados sectores ideológicos surgen auténticos combatientes por la libertad y la democracia que se juegan sus vidas heroicamente por nuestro futuro. Aunque también es cierto que como sus actitudes heroicas no siempre coinciden en el tiempo con la causa que provoca sus heroísmos, eso a veces nos confunde.
Es lo que sucede desde hace tiempo con los valientes políticos que se enfrentan diariamente a la terrible dictadura que padecimos por aquel general que murió en la cama en 1975, y que, sin consultar al soberano pueblo español cogió una nación destrozada tras una cruenta guerra civil y la elevó a décima potencia mundial, sin apenas paro apreciable, sin impuestos y sin deuda pública, pero pagando el horrible precio de no poder gozar de la existencia de libertades políticas, partidos, autonomías y demás instituciones democráticas.
Superada hoy felizmente aquella anomalía que nos mantenía apartados de la historia, es gratificante comprobar cómo arrojados combatientes de acendrada valentía, son capaces de perseguir al franquismo allí donde se encuentre, incluso bajando hasta la tumba del dictador para enfrentarse con sus huesos.
El pequeño detalle asincrónico de no haber coincidido en el tiempo ni con Franco ni con el franquismo, no debiera desmerecer nuestros reconocimientos por sus acreditados heroísmos.