Cervera, Churruca y Gravina.

30/03.- Es un gran ignorante el alcalde de Palma, los destructores «Churruca» y «Gravina» fueron dos destacados barcos del bando republicano en la Guerra Civil.

​Autor: Juan Manuel Riego. Publicado en la revista Desde la Puerta del Sol, núm 436, de 30 de marzo de 2021. Ver portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa. Recibir actualizaciones de La Razón de la Proa.​

Cervera, Churruca y Gravina.

Sobre el autor: Antiguo encargado de Cátedra en la Universidad Complutense, profesor de Historia Moderna y Contemporánea del Centro Asociado de la UNED con el Ministerio de Defensa, profesor del Instituto de Humanidades de la URJC, profesor visitante de la Universidad de La Manuba (Túnez) jefe de las secciones Histórica y de Exposición del Museo del Aire 1983/2003.


Nota de la Redacción (Desde la Puerta del Sol)

No pocas veces hablamos de memoria y se nos van las fechas, los hechos ocurridos ahora o hace años. Por ello no viene mal que nos saquen del error, o que nos sitúen en el momento en el que tuvieron lugar los acontecimientos. Cosa que ha hecho nuestro colaborador al aclarar a José Alejandro Vara que el «escándalo del estraperlo» no sucedió en el franquismo, sino que tuvo lugar en la Segunda República, y con el «affaire Nombela» en Guinea, le costó el puesto al presidente del Gobierno Alejandro Lerroux.

Y es que, a fuerza de oír las cosas desfiguradas, en la mayoría de las ocasiones intencionadamente con propósitos malévolos, llegamos a convencernos de que han sucedido como lo cuentan y no como realmente fueron, de lo que quienes lo vivieron pueden dar fe.

Por ejemplo, se olvida de que son de la época del franquismo los pantanos, los planes de colonización agrícola, todo el paquete de mejoras sociales que hoy existe, etc. Aunque, cuando de ello se habla, se explica mal, se habla con soltura de los progresos conseguidos tras la Transición, cayendo en el mismo saco todo, sin separar esto de aquello, y la gente termina por no saber con certeza si es del tiempo de Isabel la Católica, de la época de Franco o de anteayer la cosa de la que se habla.

Eso pasa con lo del estraperlo y con lo de Churruca, Gravina y Cervera. Veamos lo que nos dice el profesor José Manuel Riesgo...


Es un gran ignorante el alcalde de Palma, los destructores «Churruca» y «Gravina» fueron dos destacados barcos del bando republicano en la Guerra Civil.

Yo relaté en mi ponencia para el Congreso de la Guerra Civil en 2006. Puente Aéreo sobre el Estrecho hecho decisivo en la Guerra Civil. Como se produjo la defección del «Churruca», primero transportó un escuadrón de Caballería de Regulares de Ceuta a Algeciras. Al llegar los suboficiales moros advirtieron a la oficialidad del «Churruca», que en la bodega donde iban ellos la tripulación estaba conspirando para hacerse con el buque. Que creían que ellos no entendían español pero les habían escuchado. Los mandos del buque no hicieron caso confiados en la fidelidad de la marinería. Y en cuanto los regulares bajaron a tierra y el «Churruca» levó anclas para traer otro contingente del Ejército de África la tripulación se sublevó y a los oficiales les costó la vida.

Respecto al «Gravina», tiene una historia peculiar, menos sangrienta. Ante la superioridad aérea del bando nacional en el Estrecho huyeron a Casablanca, en el Protectorado francés de Marruecos. Allí los servicios secretos del bando nacional, con ayuda de algún diplomático, cuerpo que en su gran mayoría simpatizaba con los alzados, sobornó a algunos miembros de la tripulación. Otros que no querían luchar con nadie desertaron y tras cobrar el dinero se quedaron en Casablanca. Pero fue informado de los hechos el capitán de corbeta Luis González de Ubieta, primo hermano de Carlos Haya, comandante del «Artabro» y que luego, al mando de la flota republicana, sería el artífice del hundimiento del «Baleares», al nombrar a su segundo en el «Ártabro», el teniente de navío David Gasca, gran especialista en torpedos, comandante del «Lepanto». Ubieta reaccionó rápido, logró hacerse con el «Gravina» y reincorporarlo a la flota republicana. Lo expliqué en mi biografía de Luis González de Ubieta en 25 Militares de la República. Ministerio de Defensa. 2004.

Tremenda barbaridad por tanto del alcalde de Palma, retirar las calles, primero por creer los nombres de los héroes Gravina y Churruca como «almirantes franquistas», siendo héroes muertos heroicamente en la Batalla de Trafalgar en 1805. Y segundo argumentar luego «que fueron barcos que asustaron a la población», desconociendo que sirvieron en el bando republicano, donde desempeñaron un papel destacado.

En lo que no estoy de acuerdo es en la defensa que hace el siempre valiente general Chicharro de Cervera. Fui ponente en El Sueño de Ultramar en la Biblioteca Nacional en 1998. Cervera no quiso salir de Santiago cuando tuvo tiempo. Una flota menor española derrotó a otra estadounidense en Manzanillo. Luego quiso rendirse a los americanos pero Bustamante, su jefe de Estado Mayor, Lazaga y Villamil se negaron. Villamil le propuso salir él con su destructor «Furor», el primero dirigirse a los acorazados americanos y hundir al menos uno con sus torpedos. Pero Cervera se negó también. Bustamante, harto, decidió combatir en tierra y murió valientemente defendiendo un fuerte con la Infantería de Marina. Cervera salió a toda máquina y huyo en dirección contraria a la flota americana en el crucero «Colón». Pero el carbón del tren minero de Santiago es de mucha menos calidad que el requerido para los barcos y el «Colon» más rápido que los acorazados, ve que los americanos están cerca. Entonces Cervera ordena embarrancar el «Colón» y, con un fornido marino y su propio hijo que ha puesto a sus órdenes, se dirige a tierra y se entrega a los «mambises». Acabará prisionero de los americanos en Annapolis. Su flota apenas ha tenido bajas. Lazaga, ante esa huida vergonzosa por orden de Cervera, se suicida. Solo Villamil se dirige con su barco hacia la flota americana que, concentrando todo su fuego sobre su barco, lo hunden. Pero como los valientes Villamil, Bustamante, Lazaga mueren, y los cobardes están vivos, costará reunir los testimonios para concederle la Laureada al heroico don Fernando Villamil, que deja en más evidencia si cabe a Cervera.

Si Cervera hubiera sido británico habría sido juzgado en Consejo de Guerra, degradado expulsado de la Marina e incluso fusilado. No comparemos a este cobarde con los valientes Churruca y Gravina.