Diez años atrás, la explosión popular que España precisaría para finiquitar el actual statu quo (merced entonces a la conjunción de una serie de factores) estuvo bastante más cerca de producirse de lo que muchos creen.

Diez años después, aquel movimiento indignado que inundó las principales ciudades del país ha muerto, pero no por haber sido perseguido por el Sistema, sino por haber sido cooptado por él a través de Podemos, disidencia controlada que ⎼lejos de respetar su primigenia naturaleza transversal, al margen de la hoy ya desfasada dicotomía izquierdas/derechas (como han hecho los "chalecos amarillos" en nuestra vecina Francia)⎼ lo ha escorado hacia los postulados de esa progresía marciana proclive al capitalismo inclusivo de la Agenda 2030.

Desde luego, el servicio prestado por la formación morada a las élites partitocráticas y/o oligárquicas que mangonean el Régimen del 78 (retrasando sine die su caída) resulta impagable.

No, Pablo Iglesias y su pandilla de oportunistas no son los herederos del 15M: sólo sus enterradores.

La Razón de la Proa (LRP) no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores, los cuales son los únicos responsables de las mismas, tampoco LRP tiene por qué compartir en su totalidad el criterio de los autores. Todos los artículos de LRP se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia, teniendo en cuenta que LRP también reproduce artículos de terceros, en esos casos habría que pedirles autorización a ellos.
Recibir boletín informativo semanal de LRP (newsletter)