La España quemada
Arde la España vaciada (que dicen los politiqueros responsables de la misma, quienes llevan décadas sacando leyes para contentar a esos urbanitas que creen que los montes se autogestionan sin necesidad de ganado, desbroces, siegas, quemas controladas, etc.) y todo son culpas cruzadas (entre el Estado central y las autonosuyas) amén de excusas (que si Franco plantó demasiadas eucaliptos, que si el cambio climático, que si...) en este coño de la Bernarda en que han convertido nuestra Patria.
Sin embargo, pocos dicen que Las Hurdes, Monfragüe, el valle del Jerte o las sierras de la Culebra y de la Cabrera arden sin control debido a las enormes cantidades de combustible forestal ⎼en forma de matorrales, zarzas, hierbajos, etc.⎼ acumulado por la ausencia de población activa que gestione los espacios naturales en dichas zonas.
A la postre, sólo una población de agricultores, ganaderos y cazadores, bien arraigados a la tierra y trabajando el territorio sin restricciones estúpidas ⎼en la actualidad, apenas se puede tocar una rama de un árbol dentro de un parque natural o fuera de él so pena de multas elevadaísimas⎼ tal que se hizo toda la vida será la manera de conservar el patrimonio natural español.
Basta ya de seudopolíticas ambientales basadas en criterios ecologistas de índole sectario ⎼implementadas alegremente por gobiernos de uno u otro signo a la par que aplaudidas irresponsablemente por la prensa⎼ y no en criterios de conocimiento práctico.
Basta ya de enfocar el problema desde la óptica de la extinción del fuego ⎼algo que termina beneficiando a las propias empresas contraincendios, las que sustituyeron en su momento al hoy añorado ICONA⎼ y más hacerlo desde la óptica de la prevención.
Una prevención de los incendios forestales que pasa indefectiblemente por volver a las prácticas rurales tradicionales (es el caso de los trabajos comunales acometidos por las siempre reivindicables juntas vecinales), las cuales mantuvieron durante siglos limpios los bosques y permitieron a sus residentes ganarse la vida en ellos.
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