"Memoriadores": todo por la pasta

Aprobada en el Parlamento la muy orwelliana Ley de Memoria Democrática, sin duda, una de las más arbitrarias de cuantas se hayan aprobado en los últimos años y que deja en pañales a la harto torticera Ley de Memoria Histórica, quisiera dirigirme directamente a aquellos profesionales de la materia que, lejos de clamar contra una norma que vulnera la libertad de expresión, cátedra e investigación, callan e incluso apoyan la misma.

Reconoced que vuestra conformidad con tal aberración legal es por conflicto de intereses, amén de por sectarismo ideológico, solapado tras mantras de puro buenismo que invocan presuntos derechos, es decir, para no perder el sinnúmero de bicocas que recibís por mantener el relato sistémico que, sobre nuestro pasado reciente, lleva imponiéndose aquí desde hace lustros.

Si, va siendo hora que el pueblo español sepa cómo os habéis vendido para situaros en primer plano académico, editorial o mediático.

Porque hacer seguidismo del relato oficial acerca de la época de la Segunda República, de la Guerra Civil y del régimen de Franco conlleva menciones, nombramientos, premios, becas, subvenciones, congresos, viajes, publicaciones, entrevistas...a gogó, con los que inflar vuestro espurio prestigio a la par que engordar vuestra cuenta corriente.

Fama y, por encima de todo, dinero, a cambio de no salirse del guion establecido para con la Historia de España del siglo XX, pergeñado a base de ocultar hechos, manipular datos, tergiversar argumentos, denigrar a verdaderos héroes, blanquear a auténticos asesinos...

Llegado el caso, también a base de "cancelar" a esos colegas valientes, honestos y, por qué no decirlo, brillantes que reclaman debates, escriben relatos alternativos para que la gente pueda comparar diferentes versiones de lo sucedido entonces... en definitiva, que son historiadores, cosa que vosotros no sois.

A la postre sois "memoriadores", de otra forma sería imposible explicar vuestro silencio cómplice ante semejante ignominia legal, la cual ⎼si nadie lo remedia⎼ acabará impregnando la producción historiográfica patria de un malsano tufo maniqueo, de un peligroso carácter frentista amén de un cobarde impulso revanchista.

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