Dentro del batiburrillo ⎼en esta desquiciada y definitivamente terminal fase del liberalismo⎼ de falsas disidencias, microideologías disolventes y demás extravagancias políticas que hoy padecemos conviene identificar a esos antisistema de bandera autonómica que aquí en España se adornan cara a la galería con ropajes progresistas.

Nos estamos refiriendo, claro está, a los nacionalistas periféricos ⎼catalanes, vascos y gallegos⎼, los cuales, henchidos de un victimismo impostado, se arrogan el ser los adalides del malhadado derecho de autodeterminación liberal.

Y ojo, porque tal grupo no está sólo compuesto por dichos nacionalistas, también por sus tontos útiles de la izquierda indefinida (véase Podemos, Compromis, Más País, etc.), con los que a diario se encaman en impresentable coyunda.

En ese sentido, urge desvelar la estafa de semejantes trileros y oportunistas, todos ellos enemigos declarados de España, pues ocultos tras los mantras de "soberanía", "democracia", "libertad", "defensa de nuestra cultura", "preservar nuestra identidad" o "derecho a decidir" se esconde el más abyecto supremacismo y el no menos despreciable separatismo.

En otras palabras, se esconden las peores lacras, consecuencia de convertir a la nación en un fetiche, en irracional objeto de idolatría.

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