Abandonad toda esperanza...
15/01.- Poco cabe esperar del Gobierno surgido tras las últimas elecciones, pero, ¿cabría esperar algo decente de otro gobierno que hubiera surgido de las mismas?
Publicado el número 19 de 'Somos', Enero de 2020.
Editado la Asociación Cultural Avance Social.
Ver portada de 'Somos' en La Razón de la Proa.
Abandonad toda esperanza... los que la tuvieran
Lasciate ogni speranza, voi ch'entrate ("Abandonad toda esperanza, quienes aquí entráis"). Esta inscripción encontró Dante Allighieri en la puerta del Infierno, tal como lo cuenta en la Divina Comedia. En efecto, del Infierno con mayúsculas no se vuelve.
Tenemos nuevo gobierno en España. ¡Por fin!, dicen algunos que, al parecer, cifran esperanzas, precisamente, en un gobierno como este.
Pero, ¿qué cabe esperar?
A la vista de los primeros nombramientos, soflamas y declaraciones recientes de los miembros del nuevo Poder Ejecutivo, parece que todo va a quedar en medidas sobre cuestiones como la eliminación de las corridas de toros, el enaltecimiento del feminismo patológico, la promoción del animalismo de Walt Disney, el machacamiento histérico sobre el calentamiento global, el “Bienvenidos, migrantes” y la implantación de cursos de masturbación, lesbianismo y sodomía para los escolares (esto último antes se llamaba corrupción de menores en el Código Penal).
Hay quién está esperanzado con lo anterior sin caer en la cuenta de lo que esas cortinas de humo narcótico van a ocultar y que veremos a continuación.
Porque, ¿va a satisfacer este Gobierno las esperanzas de que se cuestione seriamente alguna de las injustas estructuras económicas, de las disfunciones sociales y de las causas del vacío existencial que pesan sobre España?
La respuesta es no:
Seguiremos pagando uno de los suministros eléctricos más caros de Europa; continuaremos uncidos al yugo de una Unión Europea –ésta sí– discutida y discutible; veremos cantidades ingentes de dinero y medios económicos destinados a apaciguar separatistas;tendremos que resignarnos a pertenecer a una nación sin intereses permanentes; perderemos los fondos públicos aportados al rescate de las cajas de ahorros quebradas por partidócratas incompetentes y ladrones; no dejaremos de ser una nación insignificante en el concierto mundial… por no agotar el catálogo de injusticias y traiciones que quedarán por reparar.
Poco cabe esperar del Gobierno surgido tras las últimas elecciones, pero, ¿cabría esperar algo decente de otro gobierno que hubiera surgido de las mismas?
Los que ni teníamos ni tenemos esperanza alguna, no vamos a llorar defraudados ni a gritar histéricos porque vienen los rojos, los diabólicos rojos. Apretaremos los dientes y seguiremos marchando.
Ya sabíamos lo que podría emanar de este “infierno”, con minúsculas de sainete, sin gracia, en el que los diablos no sólo visten de rojo y del cual hemos de ser capaces de salir en busca de una patria limpia y justa como un entrañable hogar.