EFEMÉRIDE DE JUNIO
El sitio de Baler (1898/99)
Durante 337 días, del 30 de junio de 1898 a 2 de junio de 1899, los insurrectos filipinos asediaron a un destacamento español en la iglesia del pueblo de Baler, en la isla filipina de Luzón.
Publicado en el antiguo blog de Trocha. Editado por Veteranos OJE - Cataluña.
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El sitio de Baler (1898/99)
Al final de la guerra de Filipinas, medio centenar de soldados españoles resistieron durante casi un año en un pequeño pueblo de Luzón, sin saber que el conflicto ya había terminado.
Baler era una pequeña población de 1.700 habitantes en la costa oriental de Luzón, a unos 230 kilómetros de Manila. A finales de 1897, la zona fue escenario de una violenta escaramuza entre las tropas españolas y los rebeldes tagalos. Tuvo que intervenir una fuerza de 400 hombres para restablecer el control español y pacificar el territorio. Vuelta la calma, las columnas de socorro se retiraron al tiempo que se enviaba desde Manila un nuevo destacamento de 50 soldados.
A finales de abril de 1898, iniciada la guerra hispano-estadounidense, las partidas rebeldes estaban de nuevo activas en la región. Baler quedó incomunicada por tierra, por lo que no llegó la noticia de la destrucción de la flota española en Cavite ni del cerco de Manila. La guarnición temía que en cualquier momento los rebeldes lanzaran un ataque a gran escala. Cuando el 27 de junio la población amaneció desierta, los españoles se apresuraron a convertir la iglesia en un fortín capaz de resistir un asedio en toda regla.
La iglesia de Baler era un pequeño edificio rectangular de 30 metros de largo por 10 de ancho, con una casa parroquial adosada. Sus muros, de metro y medio de grosor, eran sólidos, aunque una parte era de mampostería. Los soldados convirtieron el campanario en puesto de observación, excavaron dos trincheras ante los portalones principales, inutilizaron el resto de entradas y transformaron las aberturas en aspilleras desde las que disparar al enemigo. Tras introducir provisiones, fabricaron un horno de pan y excavaron un pozo para obtener agua.
El 30 de junio, el capitán Enrique de las Morenas ordenó encerrarse en la iglesia a la espera de socorros desde Manila. Eran 54 militares y un franciscano, a los que más tarde se unirían otros dos religiosos. Al día siguiente, los rebeldes les instaron a rendirse, informándoles de la decisiva derrota que había sufrido la flota española frente a los estadounidenses. Fue la primera de las nueve tentativas de negociación que realizaron los filipinos a lo largo de los 337 días que duraría el asedio y que se toparon con la tozuda negativa de los defensores a creer la noticia de la derrota de su ejército.
Los soldados celebraron la Navidad de 1898 "con estrépito", en un intento de mitigar la nostalgia por la lejana patria. Incluso improvisaron un concierto con cornetas, tambores y latas de petróleo vacías usadas como instrumentos. No sabían que apenas quince días antes el Gobierno español había firmado con Estados Unidos un tratado de paz por el que cedía a éstos sus posesiones de Cuba, Puerto Rico y Filipinas a cambio de 20 millones de dólares. Los filipinos, que en febrero de 1899 se rebelaron a su vez contra la ocupación norteamericana, deseaban acabar con la insólita resistencia de Baler y por ello insistieron en hacer entender a sus defensores que habían perdido la guerra. Los estadounidenses también enviaron un buque de guerra para contactar con la guarnición, pero los filipinos lo impidieron, dando pie a que los defensores interpretaran que los auxilios estaban de camino.
Los supervivientes de Baler fotografiados el 2 de septiembre de 1899 en el patio del cuartel "Jaime I" de Barcelona.
El 2 de junio de 1899 se arrió en Baler la bandera española –confeccionada, a falta de otra, con casullas de monaguillo y tela de mosquitera–. Los 33 supervivientes depusieron las armas y fueron conducidos a Manila. Desde allí viajaron en barco hasta Barcelona, donde se les recibió como a héroes. En la audiencia que les concedió la reina regente María Cristina, el teniente Martín afirmó que él únicamente había cumplido con su deber. "¡Ay, Martín!, si todos hubieran cumplido con su deber...", fue la respuesta de la reina.
Fuente: National Geographic
La imagen de cabecera recoge una escena de la película Los últimos de Filipinas, en la que un grupo de soldados españoles escuchan la habanera Yo te diré, cantada por la nativa Tala (interpretada por Nani Fernández). Como fondo surge el campamento Raso de la Nava, en Covaleda (Soria) en una noche de luna llena. El texto corresponde a unos de los versos de la habanera.
Escena de la película Los últimos de Filipinas en la que se canta la habanera Yo te diré, con letra de Enrique Llovet y música de Jorge Halpern, fue compuesta especialmente para la película.
Yo te diré (habanera).
━Yo te diré por qué mi canción te llama sin cesar:
me falta tu risa, me faltan tus besos, me falta tu despertar.
━Yo te diré por qué en mi canción se siente sin cesar:
mi sangre latiendo, mi vida pidiendo que no te alejes más.
━Cada vez que el viento pasa y se lleva una flor,
pienso que nunca volverás, mi amor.
━No me abandones nunca al anochecer,
que la luna sale tarde y me puedo perder.
━Y ya sabrás por qué en mi canción se siente sin cesar:
mi sangre latiendo, mi vida pidiendo que no te alejes más.
Para saber más
- Wikiwand (Wikipedia modernizada):
- Relato histórico sobre los últimos de Filipinas, presentado en el primer concurso literario "Trocha" 2015
- Baler no se rinde, así defendieron 57 militares el último territorio español en Filipinas (ABC).
- Ferrer-Dalmau: «Quiero pintar a los últimos de Filipinas»
Tiempos modernos. Programa de TV sobre historia y cultura, de Intereconomía.
Presentado por José Javier Esparza, participan Miguel Leiva y Miguel Ángel López de la Asunción, coautores del ensayo Los últimos de Filipinas, que relata la hazaña y entresijos del suceso. Hay una parte 2
Los últimos de Filipinas (1945) Película completa.
Dirigida por Antonio Román, describe de forma dramatizada el sitio de Baler. La historia parte de un guion radiofónico de Enrique Llovet (entre otros). En el filme destacan las interpretaciones de Fernando Rey, Tony Leblanc y Nani Fernández que hizo famosa la habanera. La película fue rodada casi exclusivamente en Málaga: en el Jardín Botánico La Concepción y en una cala cercana Nerja. [Para saber más]