RASGOS DE NUESTRO ESTILO
El ayer como referente, el hoy como motor, el mañana como meta.
En los tres momentos ⎼ayer, hoy, mañana⎼ ejercemos nuestro modo de ser, nuestro estilo; los tres forman parte de nuestra vida, que sabemos que "no vale la pena vivirla si no es para quemarla al servicio de una empresa grande".
Publicado en la revista Trocha núm. 211, de febrero de 2020. Editado por Veteranos OJE - Cataluña. Ver portada de Trocha en La Razón de la Proa (LRP). Recibir el boletín semanal de LRP.
El ayer como referente, el hoy como motor, el mañana como meta.
Y no vale confundirlos. El ayer ya pasó, y es irrepetible, porque la historia camina en una sola dirección; el hoy está ahí y ahora, y, como dice el poeta, puede ser todo lo malo que queramos; pero el mañana ⎼también en palabras del poeta⎼ es nuestro, en tanto estemos afirmados en que nuestros valores son intemporales y verdaderos.
No renunciemos jamás a nuestro pasado, a lo que hicimos, lo que fuimos, lo que aprendimos; que brille en nosotros como referente constante; no tenemos de qué avergonzarnos, sino todo lo contrario: sentir un legítimo orgullo de nuestra juventud.
Y no somos nosotros los culpables de que los acontecimientos no hayan transcurrido en la medida de nuestros mejores deseos… No nos volvamos estatuas de sal por mirar ese pasado y recrearnos en lo que pudo haber sido y no fue.
El motor de nuestra conducta y de nuestro pensamiento debe estar insertado en el hoy, con todo el realismo posible, sin abandonos estériles en el pesimismo ni visiones edulcoradas de optimismos ciegos: hay lo que hay.
Vivamos el momento, pero sin entregarle nuestras aspiraciones, no sean que se conviertan en humo a las primeras de cambio. El esfuerzo en el hoy ha de ser constante, sin decaimientos.
Y el mañana se nos presenta como meta, pero formada por nuevos hitos, pequeños y grandes, como sucesivos horizontes a los que arribar; del mismo modo que el caminante tiene la vista fijada en algún pequeño objetivo, tras el cual vendrán otros más lejanos, así el futuro está compuesto por otros futuros más cercanos y humildes a los que tender.
Cuando conquistemos cada uno de ellos, sentiremos que damos fe de vida, afirmación de nuestra condición, y ello nos dará fuerzas para seguir caminando.
En los tres momentos ⎼ayer, hoy, mañana⎼ ejercemos nuestro modo de ser, nuestro estilo; los tres forman parte de nuestra vida, que sabemos que no vale la pena vivirla si no es para quemarla al servicio de una empresa grande.
Y forman parte ⎼tampoco lo olvidemos⎼ de la vida de España, que es una tarea de generaciones: de las que nos precedieron, de la nuestra y de las que vendrán detrás, todas ellas dotadas del mismo estilo.