EDITORIAL | MARZO 2022
Historia, presente y futuro
Formamos parte de un pedazo de la historia de España y de la educación de los jóvenes de las que debemos sentirnos orgullosos.
Publicado en el núm. 234 de Trocha, de marzo de 2022. Editado por Veteranos OJE - Cataluña. Ver portada de Trocha en LRP. Para recibir actualizaciones de Trocha.
La condición de veteranos de la OJE conlleva necesariamente llevar el macuto cargado de recuerdos y de experiencias (ya decíamos en el número anterior que las penas deben ir al fondo). Formamos parte de un pedazo de la historia de España y de la educación de los jóvenes de las que debemos sentirnos orgullosos; en nuestras actividades, en nuestros Hogares, en nuestros campamentos hicimos historia, por más que ahora quieran revisarla y tergiversarla algunos botarates: quizás nos duele más que, quienes la hicieron junto a nosotros, pretendan silenciarla para sumirse ellos mismos en ese silencio que consideran les libera de cierta culpabilidad (¿).
También formamos parte de un presente, que tiene como principal característica su constante variabilidad; debemos vivirlo como es, sin mixtificaciones, con nuevas formas y enfoques, quién lo duda, pero con el mismo talante que tuvimos en el ayer; de ahí, nuestra constancia en mantener unos valores que constituyen nuestra razón de ser: la vida no vale la pena vivirla si no es para quemarla al servicio de una empresa grande, en palabras intemporales.
Y tenemos por delante un futuro, que se irá abriendo entre interrogantes, titubeos y certezas, estas últimas fundamentadas en el amor crítico a España y en el hecho de que otros jóvenes van asumiendo un lógico relevo, con otros ritmos, otro paso, pero por las mismas sendas.
Claro que han quedado atrás expectativas no cumplidas, pero el Vale Quien Sirve es permanente como guía de conducta. Que nadie lo dude: Dios está ahí eternamente, España existe y existirá, sobrellevando las situaciones, y la justicia, la libertad, la responsabilidad y el honor siguen siendo objetivos, casi luminarias. Si alguna vez sentimos desánimo, recordemos que estas presiden nuestro firmamento, porque la distancia más corta entre dos puntos es la que pasa por las estrellas.
No decaigamos en nuestro modo de ser, que es la garantía de la continuidad entre el ayer, el hoy y el mañana; y nada está predestinado en esta última faceta del tiempo, pues va a depender mucho de la voluntad que pongamos en nuestra permanente andadura y de la que mantengan otros muchos, como nosotros o en caminos paralelos, jóvenes o maduros siempre disconformes con los errores del presente.
La mochila, cargada de recuerdos y de experiencias, es un peso liviano, pues ya sabemos que, en la montaña, forma parte de uno mismo