SEMBLANZAS
La falangista Marichu de la Mora
Nombrada secretaria de la Sección Femenina leyó sus estatutos en el primer Consejo de 1937, que tuvo lugar en Salamanca; al año siguiente pasó a ser delegada nacional de Prensa y Propaganda. Su estilo inspiró a Dionisio Ridruejo muchos de los poemas de su obra Primer libro de amor.
Publicado en el número 333 de la Gaceta FJA, de junio de 2020. Ver portada de la Gaceta FJA en La Razón de la Proa
La falangista Marichu de la Mora
Cuenta Dionisio Ridruejo que fue en La Granja, en casa del matrimonio Tomás Chávarri y Marichu de la Mora, donde conoció a José Antonio. Vivían los Chavarri en una casa alquilada del XIX y a la llegada del poeta ya se encontraba en ella la poetisa Ernestina de Champourcín, que más tarde se casaría con Juan José Domenchina, conocido poeta y secretario particular de Manuel Azaña.
«Poco después –escribe Ridruejo– llegaban de Madrid José Antonio Primo de Rivera y Agustín de Foxá. El primero era, de dos años atrás, mi jefe político, pero sólo lo había visto en algunos actos públicos».
Marichu era un año más joven que su hermana Constancia, autora del libro Doble Esplendor, –que «se pasó al rojerío», solía decir la primera–. Ambas recibieron idéntica educación bajo la tutela de sus padres. Estudiaron en los mismos centros de enseñanza y como en cualquier familia, Marichu heredaba de su hermana el uniforme del colegio y cuando no, los vestidos de calle.
Nada hacía presagiar entonces que con el tiempo las dos hermanas de la Mora, la vencedora y la vencida, tomarían caminos distintos, en lo que a la política se refiere. Representaban, pues, el clima de división que se vivía en España en aquellos años de la nefasta II República a la que algunos nos quieren llevar ahora que sería la tercera.
Con el paso del tiempo y después de haber tenido varios pretendientes, Marichu, la más guapa de las hermanas, se casa en marzo de 1929 con Tomás Chavarri, un joven de buena posición que carecía de trabajo cuando se casó, pero que después hizo bastante fortuna con las finanzas. El matrimonio tuvo cinco hijos y. aunque nunca se separaron legalmente el distanciamiento entre ambos era evidente después de nacer el último hijo. Su propia hermana Constancia, llegó a escribir:
«Yo sabía que Marichu no podía ser feliz con su marido».
Así, pues, estando de esa manera las cosas, un buen día se afilia a Falange algo que, según Constancia, llegó a preocupar a su madre:
«Y con la tendencia que tenía mi madre a dejar volar su fantasía, atribuía el entusiasmo de mi hermana y mis primas por la política a que todas estaban, más o menos, “platónicamente” enamoradas de José Antonio Primo de Rivera, el agraciado y joven jefe de la Falange».
Antes de dar comienzo la guerra colaboró estrechamente al lado de Pilar Primo de Rivera en la organización de la Sección Femenina que se crea en el mes de junio de 1934 para ocuparse de los falangistas presos y atender a las familias de los caídos que iban ya siendo muchos. Por otro lado, la biógrafa Inmaculada de la Fuente, nos cuenta que Marichu llegó a mantener correspondencia con José Antonio. Incluso trascribe algunos párrafos pero al mismo tiempo explica una historia difícil de entender para que sea cierta.
Esta biógrafa sostiene que a la muerte de José Antonio, Marichu entregó a Ridruejo las cartas para que se las guardara, sin embargo el itinerario de las mismas y su conservación, están rodeados de enigmas. «Inicialmente, se cree que el poeta las guardó en la caja fuerte del colegio Trilingüe de Salamanca, sede central de la Falange durante la Guerra Civil. No está claro si fue el incendio que asoló esta sede el que estuvo a punto de convertirlas en pavesas, o si se quemaron en otro accidente posterior»
De todas las maneras, tampoco hace referencia a ellas la propia Marichu cuando en 1938 escribe un artículo que precisamente tituló José Antonio en la cárcel que, entre otras cosas, decía:
«Elorza, director de la Modelo de Madrid, se sentía halagado de tener en su mano el acceso de las visitas al jefe de Falange Española y le gustaba que pasasen por su despacho las visitantes femeninas que él consideraba adornaban su cárcel. Los hombres, camaradas de Falange o amigos particulares, esperaban en larga cola en el patio que les fuera permitida la entrada. Elorza daba preferencia a las señoras. El locutorio de los presos políticos era pequeño con gran semejanza a una jaula, pero los barrotes bastante espaciados y sin el refuerzo de tela metálica permitían la entrega o cambio de cartas y paquetes …».
Y el articulo lo termina con estas palabras:
«Se acercaba el mes de julio y con él el día del Alzamiento Nacional. Las cárceles de Alicante iban a quedar aisladas y silenciosas como si estuvieran en otro mundo. De la esperanza primero y después de su desesperanza, de lo que han significado estos último meses para José Antonio en la cárcel de Alicante, sólo sabemos lo que puede decirnos nuestra imaginación angustiada. Allí quedan lejanas e invisibles, sus últimas palabras y sus últimos pensamientos».
Por ausencia de la falangista Dora Maqueda, que aún estaba en zona roja, Pilar Primo de Rivera nombra secretaria de la Sección Femenina a Marichu de la Mora quien leyó los estatutos en el primer Consejo de 1937 que tuvo lugar en Salamanca. Poco tiempo después, cuando Franco firmaba el Decreto de Unificación Pilar y Marichu se encontraban visitando las provincias de Galicia y León «y en León fue, donde a través de la radio nos enteramos de lo que sucedía y, la verdad, nos sentó muy mal…».
Al año siguiente, con motivo de celebrarse el segundo Consejo, pasa a ser delegada nacional de Prensa y Propaganda por haberse incorporado ya, a la zona nacional, Dora Maqueda. Este mismo año aparece el primer número de la Revista para la mujer «Y» dirigida por Marichu de la Mora y en donde colaborarían escritores y poetas falangista como Eugenio d’Ors, Dionisio Ridruejo, Eugenio Montes, Laín Entralgo, etc.
En el subtítulo de la revista hubo un poco de titubeo. El del primer número era «Revista para la mujer nacionalsindicalista»; el del segundo «Revista de las mujeres nacionalsindicalistas», y el tercero «Revista para la mujer», que es el definitivo. El último número se publica en enero de 1946.
Después Marichu, como escribió la profesora inglesa Kathleen Richmond que mantuvo una entrevista con ella el 27 de octubre de 1997, va alejándose de lo que...
«fueron los puntos de arranque de su trayectoria personal. Cuando hubo explorado aquellas oportunidades, se marchó para hacer carrera fuera».
Quizás porque como también dijo Pilar Primo de Rivera a Franco:
«Falange no era lo que se nos hacía creer, sino una sombra. Que no teníamos poder real, sino sólo un poder representativo, un poder fantasma».
Marichu de la Mora falleció el 1 de noviembre de 2001. Fue la mujer que dicen inspiró a Dionisio Ridruejo muchos de los poemas de la nueva obra que andaba escribiendo titulada, Primer libro de amor.
Dos ejemplares de la Revista para la mujer «Y», de 1941 y 1938.
La letra «Y» corresponde a la inicial de «yugo», divisa de Fernando II de Aragón, y también la inicial con que frecuentemente se escribía el nombre de su esposa Isabel I de Castilla. [Para saber más]