SEMBLANZAS
En el aniversario de la muerte de Rafael Alberti
Rafael Alberti fue considerado por el escritor falangista Rafael García Serrano como el más grande poeta vivo de la lengua española.
Publicado en Gaceta Fund. J. A. núm. 373 (OCT/2023), y posteriormente por la revista El mentidero de la Villa de Madrid (28/OCT/2023). Ver portadas: Gaceta FJA y El Mentidero en La Razón de la Proa (LRP). Solicita recibir el boletín semanal de LRP.
Se cumplirá el 28 del mes de octubre el XXIV aniversario de la muerte del poeta Rafael Alberti. Recuerdo que cuando se produjo el óbito, todos los medios de comunicación anunciaron el fallecimiento de este marinero en tierra que murió cuando la noche se hacía más noche y la luna brillaba sobre el agua del mar. De esa mar que tanto amaba, guardián de sus cenizas, y por el que jamás surcó El barco que escribió su musa María Teresa León que falleció en una clínica geriátrica abandonada por él porque había perdido toda su belleza por culpa del Alzheimer. Aquel día solo un pequeño grupo de amigos se despidió de ella.
Rafael Alberti fue considerado por el escritor falangista Rafael García Serrano como el más grande poeta vivo de la lengua española «aunque el puñetero me haya salido comunista y últimamente se haya alejado de Lope de Vega para acercarse a Luis de Tapia». Poeta, humorista y periodista.
Pero este poeta que «un día llegó a Madrid vestido de color caramelo», dice el poeta malagueño José Carlos de Luna, y «lleno de infinitas ambiciones con sus poemitas bajo el brazo», se hace comunista y se casa con María Teresa León; o mejor, se casa con María Teresa León y después se hace comunista.
La pareja va a Rusia, se supone que buscando esa libertad que recordaba un día un periódico de la capital de España, que le llama el "poeta de la libertad". Hacen la entrada en el país comunista en el expreso de Varsovia y Alberti escribe:
«¿Qué es este impulso, este nuevo latido de la sangre, este rápido vuelco que nos hace saltar de los asientos y descorrer los cristales helados?».
A la vuelta de la capital rusa, el poeta vuelve muy radicalizado y utiliza malos modos con quienes no comparten su entusiasmo dedicándoles un poema titulado Al volver y empezar, llamándoles...
«cadáveres sentados, cobardes en las mesas del café y del dinero, cuerpos podridos en las sillas...», para terminar, diciendo «Vine aquí y os escupo».
El matrimonio realiza más viajes a la Unión Soviética, y en uno de ellos son recibidos, después de una corta espera, por José Stalin que era la negación de toda libertad. Con el dictador comunista estuvieron dos horas y cuarto, «nadie estuvo más», escribe María Teresa León. Durante la conversación Stalin les dice:
«Tengo una buena noticia que darles. Los italianos han sido derrotados en Guadalajara». En ese momento, María Teresa León sintió que su corazón, que tan fácilmente se desbordaba, «huía hacia adelante».
Vuelven de Rusia y el autor de La arboleda perdida, se convierte «en uno de los más abyectos propagandistas del totalitarismo comunista», escribe Jiménez Losantos, quien añade que fue el mayor asesino de todos los tiempos. Y a la muerte del dictador soviético, Alberti le dedica este poema:
José Stalin ha muerto.
Padre y maestro y camarada:
quiero llorar, quiero cantar.
Que el agua clara me ilumine,
que tu alma clara me ilumine
en esta noche que te vas.
Durante la guerra civil española, el poeta fue cómplice de tiranos y asesinos.
«Él mismo, con su mono azul de miliciano distinguido, indicaba con su dedo índice caminos de checas y de paredones», dice de él Alfonso Ussía.
En el año 1993, Torcuato Luca de Tena publica un libro, Franco, sí, pero..., premio Espejo de España, y en el mismo acusa a Rafael Alberti de haber formado parte de los tribunales populares de la checa de intelectuales, establecida en el palacio de Bellas Artes, que mandó al paredón a mucha gente. La reacción de Alberti no se hizo esperar y remite una carta al periódico ABC, que le publican el día 18 de marzo del mismo año, donde entre otras cosas dice a Luca de Tena que «sus abogados estudiarán el alcance y responsabilidad de esas terribles acusaciones». La querella no se produce y el autor del libro supone que quien...
«dirigía la checa de intelectuales de Madrid, tenía el techo de cristal y que más le valía no meterse en berenjenales».
Efectivamente, el día 6 de abril de 1997, el diario La Nueva España de Oviedo, publica una larga entrevista con Luis Gutiérrez Argos, comandante de Aviación durante la República y miembro que fue del Comité Central de las Juventudes Socialistas, quien dice recordar a...
«los tribunales populares en la capital y en los que intervenía el poeta Alberti. Eran un paripé, duraba cada uno un cuarto de hora, pero al menos evitaban el tiro mortal, así por las buenas».
Alberti escribió algunos poemas que incitaban al asesinato político. He aquí un ejemplo:
Siega, segador, seguido,
con esa guadaña,
las cabezas que, en España,
hoja a hoja han impedido,
que el sol llegue a la bodega.
Siégalas de un solo tajo.
Respondan al cascabel
de José Antonio, Miguel,
Queipo, Gil, o el gran carajo.
Se estaba refiriendo a José Antonio Primo de Rivera; Miguel Maura; Queipo de Llano y Gil Robles. Por desgracia, con José Antonio se cumplió lo que quería el poeta, que, por otro lado, tanto había influido en él, según su hermana Pilar Primo de Rivera.
Una vez terminada la guerra civil española, Rafael Alberti y María Teresa no van a vivir a ningún paraíso comunista, ¡vaya por Dios! Primero lo hacen en Argentina y después en Roma, porque también los grandes poetas además de luces tienen sombras.