SEMBLANZAS

Carmen de Icaza: escritora y política

Dionisio Ridruejo la veía como a una mujer «enérgica, triunfal, expresiva, recitada. Conservaba no poco de su antigua belleza morena, pero hablaba de un modo irruptivo y como con los dientes apretados. Había luchado mucho –y con mérito– en la vida».


Artículo recuperado de abril de 2020

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Carmen de Icaza: escritora y política

Carmen de Icaza: escritora y política


Nació Carmen en Madrid el 17 de mayo de 1899, heredando de su padre su vocación intelectual. Desde muy joven entra en contacto con distintos escritores. Por ejemplo, Juan Ramón Jiménez, quien al mismo tiempo éste le dedica una poesía:

A María del Carmen Icaza: ¡Quién iba a pensar, María / que cuando tú apareciste, / tu boca rosa traía / una copla triste y mía

De muy joven, sin haber estudiado ninguna carrera universitaria, comenzó a trabajar en el diario El Sol; después lo haría también en los diarios Ya, donde se hicieron famosos sus reportajes bajo el título: «¿Qué hacemos a favor de la infancia abandonada»; ABC y la revista Blanco y Negro. Con sólo dieciséis años escribió la novela La boda del duque Kart, donde recordaba sus años adolescentes.

En 1935 firma su novela Cristina Guzmán, profesora de idiomas, que fue publicada por entregas en la revista Blanco y Negro alcanzando enorme éxito que luego se vio confirmado en su edición en forma de libro en plena  guerra civil y divulgada por Editorial Juventud en el Madrid rojo de agosto de 1936, y...

«...que todas las chicas casaderas leímos sentadas –dice Carmen Martín Gaiteen la camilla y muchos soldados llevaban en el macuto: 'La vida sonríe a quien le sonríe, no a quien le hace muecas', se trataba de sonreír por precepto, no porque se tuvieran ganas o se dejaran de tener; sus heroínas eran activas y prácticas, se sorbían las lágrimas, afrontaban cualquier calamidad sin una queja, mirando hacia un futuro orlado de nubes rosadas, inasequibles al pernicioso desaliento que sólo puede colarse por las rendijas de la inactividad. En los himnos de corte falangista, se ensalzaba a la enfermera que ríe gozosa después del trabajo».

Esta novela apareció publicada, también como folletín, en el diario parisino Le Temps, y más tarde traducida a varios idiomas; incluso fue llevada al teatro, estrenada en el Reina Victoria, y al cine.

Cuando la guerra civil, toda la familia consigue salir del Madrid rojo gracias a la Embajada de Cuba y en tren llegan a Alicante donde embarcan en un buque inglés que les deja en Marsella. Desde aquí se trasladan a Berlín. No permanece mucho tiempo en Alemania pues su marido, Pedro Montojo, se incorpora al Ejército Nacional y Carmen se viene con él donde...

«Vuelca su experiencia y sus conocimientos en tareas humanitarias. Participando en octubre del 36, Valladolid, en la fundación de Auxilio Social (sic), en cuyos hogares no había 'ni rojos ni azules, solamente niños de España'».

La principal impulsora y creadora de esa obra, Mercedes Sanz-Bachiller, lo dejó muy claro: «Eso sí que lo monté yo, con Carmen de Icaza». Ambas trabajaron noche y día durante el tiempo que duró la guerra para que se hiciera realidad lo que Auxilio de Invierno, después pasaría a llamarse Auxilio Social, quería para todos los españoles:

«Ni un hogar sin lumbre, ni un español sin pan».

Todavía tuvo tiempo, en junio de 1937, de realizar un viaje a un congreso internacional que se celebraba en Alemania, acompañando a Ridruejo, por el dominio que tenía del alemán: «hablaba el alemán como una berlinesa», dijo el poeta. En octubre de 1938, Ridruejo tiene que viajar a Italia con el objeto de estrechar lazos con las autoridades italianas después de algunos roces que se habían producido en un viaje de estudiantes españoles. Formaban parte de la delegación: «Pilar Primo de Rivera, Carmen Werner y Carmen de Icaza» a la que Ridruejo veía como a una mujer...

«Enérgica, triunfal, expresiva, recitada. Conservaba no poco de su antigua belleza morena, pero hablaba de un modo irruptivo y como con los dientes apretados. Había luchado mucho –y con mérito– en la vida».

A últimos de junio de 1939 viaja con Mercedes Sanz-Bachiller a Bucarest donde toman parte en las reuniones del Comité Internacional de Obras Sociales, asistiendo a la inauguración de la Exposición Internacional, en la que figuraba un exponente gráfico de la magna labor realizada por la obra social de Falange que fue acogido con mucho interés por haber sabido crear y desarrollar en plena guerra civil tan magníficas actividades.

No obstante, su labor en la política, no descuidaba su trabajo como escritora porque a principios de 1940 publica un nuevo libro con el título ¡Quién sabe! que es recibido con excelente crítica. Así, pues, vemos que su actividad política no le exige abandonar su condición de escritora, como Soñar la vida, Vestida de tul, La fuente enterrada, etc.

Carmen fallece en Madrid el 16 de marzo de 1979. Con su muerte la novela española perdía a una de las novelistas más traducidas del mundo, decía el periódico ABC, que también añadía:

«Mirando hacia atrás sin ira, hay que reconocer a la baronesa de Claret –Carmen de Icaza es la genuina Ana de Noailles española– el intento de sacar a nuestra novela del provincianismo y del costumbrismo en función de una amenidad complicada con sentimientos románticos. Cualquier género era bueno para ella, como para Voltaire, menos el género de lo aburrido. Y así se dio en imaginar caballeros de caballeresca andadura y chicas trepidantes y soñadoras, vidas románticas y sucesos distraídos…».

Su hija, Paloma Montojo, en el primer aniversario de la muerte de su madre recuerda, además de su gusto como novelista, sus 18 años como secretaria nacional de Auxilio Social –una obra muy querida por Falange– y su intensa labor, desde ese puesto, a favor de los más desfavorecidos.


Mas sobre Carmen de Icaza (Wikipedia)



​Homenaje a Carmen de Icaza de la mano de su nieto, el exministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, realizado en la sexta sesión del III Ciclo Españolas por descubrir, del Círculo de Orellana en colaboración con el Instituto Cervantes.

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