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Javier García-Noblejas y Agustín Aznar

'Palma de Plata' y jefes de Milicias falangistas, prestos a marchar a Rusia con la 'División Azul'.


Publicado en Memoria Azul [Nuevo Face] para la divulgación de la historia del falangismo. Ver Portada Memoria Azul en La Razón de la Proa (LRP). Recibir boletín semanal de LRP.​​​

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Foto inédita tomada antes de su marcha a Rusia, de Agustín Aznar, Javier García-Noblejas, Alfredo Jiménez Millas, Vicente Gaceo y otros camaradas más, todos prestos para combatir con la División Azul.
Javier García-Noblejas y Agustín Aznar

Javier García-Noblejas y Agustín Aznar

'Palma de Plata' y jefes de la Milicias falangistas, prestos a marchar a Rusia con la 'División Azul'


Hoy recordaremos a esa brava generación que militó en el SEU de antes de la guerra y que por tanto, formó parte de la Primera Línea de la Falange, que no contenta con su lucha contra las izquierdas por las calles de España en la primavera del 36, se alzó en armas contra el gobierno del Frente Popular de la República, vertiendo su sangre en la Guerra Civil, y al acabar la misma formó escuadras compactas para devolver la visita al comunismo soviético en su propia casa, en las heladas estepas de Rusia.

De entre los que sobrevivieron a nuestra Guerra Civil, destacaremos a dos de los más heroicos jefes de las Milicias falangistas madrileñas, los dos recompensados personalmente por José Antonio con la Palma de Plata, protagonistas de la foto inédita que publicamos, tomada poco tiempo antes de partir con la División Azul hacia Rusia.

El primero de ellos, Javier García-Noblejas, que en la fotografía viste su camisa azul y en su brazo izquierdo, de forma reglamentaria, luce el Ángulo de Plata (distintivo de pertenencia a la Primera Línea), más abajo el Aspa Roja (por haber sido herido en acto de servicio), justo debajo tres "trazos" en rojo que demuestran que se le concedieron otras tres aspas rojas, y por último debajo de las anteriores, ostenta la Palma de Plata, la más alta recompensa de la Falange fundacional. De igual manera, en su camisa azul, encima del bolsillo con el yugo y las flechas, luce los emblemas de sargento de Milicias de Falange (Javier nunca fue militar profesional).

Javier fue el más famoso de los cinco hermanos García-Noblejas, todos ellos militantes de la Falange.

Antes de la fundación de Falange, Javier participa en la Sanjurjada y posteriormente es uno de los camaradas que reparte el efímero periódico El Fascio. Se afilia a Falange junto con sus hermanos prácticamente desde el momento de su fundación. Fue uno de los estudiantes que fundó el SEU siendo miembro muy activo de la milicia madrileña.

José Antonio le concedió personalmente la Palma de Plata de la Falange como reconocimiento a su valentía e intervención en distintos hechos heroicos de la Primera Línea madrileña. Fue en 1936 el jefe de la Sexta Centuria de la milicia madrileña, sustituyendo en el mando a su hermano Pepe, al ser nombrado este jefe provincial de la referida Primera Línea.

El 17 de julio de 1936 fue detenido en la Gran Vía cuando iba a incorporarse al Cuartel de la Montaña. Le trasladan a la Cárcel Modelo, a la segunda galería, y logra escapar a la matanza del 22 de agosto, momento en el que junto con sus camaradas Gerardo González Sampedro y Laguna asisten a los heridos. Le confinan después en la cárcel-checa de Porlier.

En enero de 1937 se le abre sumario por desafección a la República, pero gracias a que en el juicio se presenta una certificación falsa de la Federación Universitaria Escolar (FUE, sindicato de izquierdas) y a un escrito del Partido Nacionalista Vasco (PNV), dónde se le considera afecto a la causa antifascista, logra salvar su vida y es absuelto en sentencia de 7 de abril de 1937.

Es puesto en libertad, pero no sabemos qué hizo hasta el final de la guerra, aunque se supone que pasó ese tiempo escondido para salvar la vida. Al acabar la guerra, forma parte de los jefes de las milicias falangistas con el cargo de sargento de Milicias.

Es de los primeros que se alista para combatir al comunismo en la gloriosa División Azul, dónde lucha como sargento en el Primer Batallón del Regimiento 262.

Siempre fue de los primeros en todo, hasta para morir, por eso su cuerpo queda destrozado el 16 de octubre de 1941, cuando se encontraba con el capitán Navarro reunido en su búnker, como consecuencia del impacto de un obús ruso que destrozó la casamata y a sus ocupantes, entre los que estaban otros diez camaradas de la Vieja Guardia de Madrid, Calderón, Campos, Castaño, Chipi, El páter

Toda la división le llora y desde Madrid se pide que traigan su cadáver a España, el general Muñoz Grandes se niega, no quería ningún tipo de favoritismo, pero acepta que su hermano Ramón, también voluntario en la división pueda ser repatriado, demasiados hermanos muertos.

En la Medalla de la Vieja Guardia concedida a su madre, su pasador se corresponde con el distintivo de las tres flechas plateadas de jefe de centuria, junto con los otros cuatro pasadores de sus hermanos y el de su padre.


En la fotografía que publicamos, al lado de Javier nos encontramos a Agustín Aznar, que viste encima de su camisa azul una guerrera caqui del Ejército, en el bolsillo izquierdo luce el yugo y las flechas y debajo dos estrellas plateadas que corresponde a su cargo de consejero nacional de la Falange.

Agustín Aznar, al igual que Javier, fue uno de los primeros en alistarse a la Falange y dada su condición de estudiante de Medicina, en afiliarse por tanto al SEU. De complexión hercúlea, llegó a ser campeón de Castilla de lucha grecorromana.

Fue el jefe de los estudiantes falangistas que formaron la primera escuadra en la Facultad de Medicina de San Carlos, junto a él ya militaban José Miguel Guitarte, Matías Montero y otros pocos camaradas más.

Como consecuencia del atentado en Zaragoza contra el estudiante falangista Baselga, Agustín y Julio Ruiz de Alda proyectan, en represalia, el asalto de los locales que la FUE tenía en la Facultad de San Carlos en Madrid. Allí entran, el 25 de enero, tres escuadras de jóvenes falangistas que se hacen con el control de los locales de los estudiantes de izquierdas, Agustín recibe un impacto de bala en el reloj de muñeca que portaba. A partir de ese momento, Agustín Aznar se convierte en el jefe de las Milicias del SEU, interviniendo prácticamente en todas las acciones de ofensiva o represalia que se realizan por la Falange de Madrid.

Como consecuencia de la muerte del camarada Cuéllar, en junio del 34, Agustín, junto con Javier García-Noblejas y otros dos camaradas del SEU y de la Milicia madrileña, ejecutan la represalia tiroteando a la socialista Juanita Rico, que había intervenido en la muerte de Cuéllar y había orinado sobre su cadáver.

José Antonio le nombra consejero nacional para el primer Consejo Nacional de la Falange, y en enero de 1935 asume el mando de la Primera Línea madrileña, relevando a Luís Aguilar Salguero, que desde ese momento es nombrado por José Antonio lugarteniente nacional de las milicias falangistas.

En esa fecha, ya han salido de Falange los antiguos monárquicos y derechistas que controlaban la milicia del partido (la denominada Falange de la Sangre), y a partir de ese momento toman el control de la Primera Línea los jóvenes y duros dirigentes del SEU.

Agustín también ostenta el cargo de consejero nacional del SEU, y a finales de 1935, al terminar su carrera empieza a ejercer como médico en un pueblo de Guadalajara.

Pero llega marzo de 1936, el Gobierno declara la ilegalidad de la Falange y detiene a José Antonio y a toda su Junta de Mando, los jefes de Milicias también son detenidos y José Antonio se ve obligado a ordenar a Agustín que vuelva a Madrid para hacerse cargo de la Primera Línea. Al poco tiempo, Agustín también es detenido y entra en la Cárcel Modelo de Madrid, el nuevo "hotel de la Falange".

El 5 de junio, por orden gubernativa, José Antonio y su hermano Miguel son trasladados a la cárcel de Alicante y Agustín Aznar y Luís Aguilar Sanabria (al que se confunde con el jefe nacional de las Milicias Luís Aguilar), son trasladados a la cárcel de Vitoria.

Recobra la libertad en el momento en que las tropas nacionales liberan Álava y desde entonces asume el cargo de jefe de las milicias falangistas durante la guerra, hasta que Franco decreta, en abril del 37, la obligatoria unificación de la Falange con las otras fuerzas alzadas.

Agustín, en un principio, forma parte de los conspiradores contra Hedilla, aunque bien es cierto que posteriormente se arrepintió de su actitud.

Al inicio de la guerra, despliega toda su energía en intentar liberar a José Antonio de la cárcel de Alicante, desgraciadamente por problemas de toda índole nunca lo consigue.

Hasta el final de la guerra ostentó el cargo de consejero político de las milicias falangistas, sin que compartiera del todo la nueva franco-Falange creada por el general Franco, por lo que fue detenido en 1938, procesado y condenado en Consejo de Guerra.

Durante la guerra contrajo matrimonio con Dolores Primo de Rivera, prima hermana de José Antonio. Al acabar la Guerra Civil, colabora con el régimen de Franco y es nombrado delegado nacional de Sanidad.

Al igual que Javier García-Noblejas, fue uno de los primeros dirigentes de las milicias falangistas que se alista en la gloriosa División Azul, incorporándose el 1 de julio de 1941, sirviendo como simple soldado en el grupo de antitanques, y en abril de 1942 se le concedió la Cruz de Hierro de segunda clase.

En los sangrientos combates de Possad, arriesgando su vida consigue recoger el cadáver de su íntimo amigo y camarada Enrique Sotomayor, que había sido secretario general del SEU y creador y jefe del Frente de Juventudes, una de las más firmes promesas de las nuevas generaciones de la Falange.


Al lado de Agustín Aznar, en la foto que encabeza la reseña de hoy, encontramos a otro famoso falangista miembro de la Primera Línea de la Falange madrileña, a Alfredo Jiménez Millas, que también sobre su camisa azul luce un uniforme de corte militar y el emblema de sargento de Milicias (por distintos autores se reconoce a Jiménez Millas como Palma de Plata de la Falange, recompensa supuestamente concedida por José Antonio en el mes de julio de 1936, al no existir el expediente de concesiones ni ninguna otra prueba que acredite la concesión de dicha recompensa, y máxime en la fecha en que se dice, los Guardianes de la Memoria Azul dudamos mucho de la realidad de dicha concesión, como ya hemos explicado en anteriores reseñas).

No obstante, es cierto que Alfredo Jiménez, que provenía de los Legionarios de Albiñana, fue el jefe de la denominada Centuria Móvil de la Primera Línea madrileña, interviniendo en los enfrentamientos casi diarios con los milicianos izquierdistas en la primavera trágica del 36.

Al lado de Jiménez Millas se encuentran otros dos camaradas desconocidos, que lucen en los picos del cuello de sus camisas azules un emblema que no puede ser otro que la letra "B", que distinguía a los miembros de la denominada Centuria de Balillas de la Vieja Guardia de la Falange de Madrid, centuria que prácticamente se alistó en pleno y como un solo hombre en los banderines de enganche de la División Azul.

Y por último, vemos en la foto, a la derecha del todo, una cara cortada casi por la mitad, rostro que corresponde al pequeño y valeroso Gaceo, tal y como llamaba José Antonio a Vicente Gaceo del Pino, uno de los más estrechos colaboradores del Jefe Nacional de la Falange, que según sus propias palabras "fue a Rusia a morir", totalmente decepcionado con la desaparición de la Falange de José Antonio, la creación de una nueva franco-Falange por el general Franco a la que se opuso, siendo procesado y condenado a muerte en un Consejo de Guerra, pasando varios años en la cárcel, y cuando fue indultado se alistó a la División Azul con el desengaño en su corazón, encontrando la muerte que perseguía el día de Nochebuena de 1941, un obús cercenó la vida de uno de los mejores falangistas.

En definitiva, en la foto que hoy publicamos se encuentran los representantes de la mejor juventud falangista superviviente a la Guerra Civil, que se alistó en los nuevos tercios azules españoles para luchar contra el comunismo en su propia guarida, pocos sobrevivieron, la generación azul que pudo haber hecho la revolución después de la guerra, dejó su sangre en las heladas estepas de la Rusia soviética.

Hoy, más que nunca, les recordamos y no olvidamos. Caídos del SEU y de la Falange en Rusia. ¡Presentes!

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