SEMBLANZAS
José Aguiar, falangista y gran pintor muralista canario
Uno de los grandes intelectuales desconocidos de la Falange, del que se oculta su pasado azul. Su definición político-artística era de antivanguardista. Son innumerables los retratos y murales que realiza.
Artículo publicado en Memoria Azul (1/OCT/2023). Breves semblanzas de antiguos falangistas y otros relatos históricos de la primera época de la Falange. Ver portada Nuestra memoria en La Razón de la Proa (LRP) Solicita recibir el boletín semanal de LRP.
José Aguiar, falangista y gran pintor muralista canario
Hablar de José Aguiar es hablar de uno de los máximos exponentes de la pintura canaria y muy probablemente del mejor muralista que han dado esas islas. No hay más que asomarse a Internet para ver su extraordinaria relevancia artística y la admiración que todavía hoy, y no digamos en Canarias, despiertan sus numerosísimas obras.
Lo que no es posible encontrar en la red es el mínimo rastro de su militancia activa en la Falange madrileña con anterioridad a la guerra civil (algunos pretenden ahora identificarlo como masón, otros como un liberal clandestino durante toda su vida). Ese hueco lo intentaremos cubrir con esta reseña.
Aguiar nació en Vueltas de Santa Clara (Cuba) en 1895, hijo de padres españoles, en concreto de Agulo, pequeño municipio de La Gomera. Poco después de su nacimiento, la familia regresa a España. Aguiar estudia el bachillerato en La Laguna y empieza la carrera de Derecho en Madrid, aunque no la concluye pues comienza a asistir a clases libres en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.
Su obra se encuadraba en la tendencia marcada por el movimiento artístico conocido como Regionalismo. En 1930 el Cabildo Insular de La Gomera le beca para estudiar en Florencia, allí se relaciona con el colectivo Novecento, grupo de artistas de tendencia nacionalista y alineado con el régimen fascista imperante en Italia. Permanece en Italia dos años y regresa a España.
Ya en España, obtiene en 1934 el Premio Nacional de Pintura en el concurso del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Es en esa época y tras la fundación de Falange, cuando comienza su militancia política en las filas falangistas. No abundan los datos al respecto, pero sí los suficientes para constatarla. A pesar de su ya acreditada fama como pintor, Aguiar asistía a todos los actos de Falange en Madrid y siempre con la camisa azul. José Antonio se refería a él como “magnífico camarada”.
Hay dos anécdotas constatadas que zanjan cualquier duda sobre la clara y rotunda militancia de Aguiar en Falange.
El 24 de febrero de 1936, ya celebradas las elecciones que propiciaron la llegada al poder del Frente Popular, celebró Falange un mitin en el Cine Moderno de Toledo. José Aguiar decide asistir a dicho mitin en compañía de Julio Cantos de Alcover. Ambos se desplazan a Toledo en tren y asisten al mitin y a la comida posterior. Por la tarde regresaban a la estación para volver a Madrid y ya por el camino se encontraron con un grupo de gente con miradas hostiles y con pretensión de cerrarles el paso. Aguiar se dirigió enérgicamente hacia ellos y con decisión logró que les dejaran pasar. Pero no acabaron ahí las incidencias del viaje, pues al llegar a la estación de Toledo un individuo bien trajeado, que iba acompañado de un capitán de la Guardia Civil, empezó a proferir improperios contra los falangistas que pretendían coger el tren. Aguiar, no olvidemos que siempre llevaba la camisa azul, se lanzó contra el vociferante energúmeno que, de no ser por el guardia civil, hubiera pagado su arrogancia. Al llegar a la estación de Madrid, el elemento en cuestión, que resultó ser Manuel Aguillaume, diputado socialista por Toledo, no se atrevió a bajar del tren hasta que se despejó el andén.
Otra anécdota de Aguiar, ésta no combativa sino ideológica, la protagonizó con Unamuno. Aguiar mantenía una muy buena relación con el filósofo, al que había llegado a retratar. Coincidió con él en el Círculo de Bellas Artes y como colofón de una conversación política en torno a Falange, le dijo:
«Maestro, usted que es el padre espiritual de España, no puede estar al lado de la chusma; no puede ser cómplice en la depauperación moral y espiritual de los españoles. Han surgido unos románticos, ambiciosos de regeneración, que se agrupan bajo una bandera negra y grana, se titulan falangistas y quieren servir a España con renunciación y sacrificio. Estos somos nosotros y usted debe de estar a nuestro lado».
Terminada la guerra civil, Aguiar se consolidó como el gran artista que era. Su definición político-artística era de antivanguardista. Son innumerables los retratos que realiza y sobre todo los murales. Su último gran mural fue el que le encargaron para la Basílica de la Candelaria en Tenerife. En 1959 es nombrado miembro de la Hispanic Society of America.
Muere en Madrid el 14 de febrero de 1976. Aguiar, sin lugar a dudas, es otro de los grandes intelectuales desconocidos de la Falange, del que se oculta su pasado azul, pero para que no se olvide su condición de falangista, hoy lo recuperamos para la desconocida y grandiosa historia de la Falange.
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Abajo, la Cátedra Cultural José Aguiar de la Universidad de La Laguna muestra su TOTAL DISCONFORMIDAD respecto a la retirada del nombre de las calles de reputados artistas (...) entre los que se halla no solo el pintor que da nombre a la cátedra, José Aguiar, sino el de Francisco Bonnín y el arquitecto José Enrique Marrero Regalado.
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