SEMBLANZAS
Parlamentaria Victoria Kent
«...en dos ocasiones he tenido frente a mí a José Antonio Primo de Rivera de contrincante. Un perfecto caballero, un perfecto hombre, con toda la cortesía. Y debo decirlo porque eso es lo justo»..
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Parlamentarias de la Segunda República. Victoria Kent
Hace años, TV Española grabó una entrevista a esta parlamentaria, emitida el 28 de enero de 1979 en el programa A fondo dirigido entonces por Soler Serrano; más tarde, una parte de ella, la recogió el mismo Soler en un libro. Habló Victoria de algunas notables figuras de su época y de diferentes matices políticos, entre ellas del fundador de Falange Española, de quien dijo:
«...en dos ocasiones he tenido frente a mí a José Antonio Primo de Rivera de contrincante. Un perfecto caballero, un perfecto hombre, con toda la cortesía. Y debo decirlo porque eso es lo justo».
Enterada Pilar Primo de Rivera de estas palabras tan elogiosas sobre su hermano, envió unas letras a Victoria Kent cuando ésta ya se encontraba en Nueva York:
«Muchas gracias por su equitativo y sereno juicio sobre la personalidad de José Antonio, mi hermano; no todos tiene ahora la honradez de reconocer sus cualidades como Vd. lo ha hecho» Victoria le contestó desde la ciudad de los rascacielos: «La justicia fue y será siempre la norma de mi vida.
Victoria Kent era malagueña. Nació en esta ciudad el 6 de marzo de 1892, aunque parece que por coquetería femenina se quitó años pues en algunos documentos aparece el año 1897 como fecha de su nacimiento. Fueron sus padres José Kent Román y María Siano González que tuvieron siete hijos. Victoria fue bautizada en la iglesia de la Merced y recibió la primera comunión en la iglesia de las Catalinas. Creció en un ambiente de clase media burguesa de tendencias liberales y su madre, que la enseñó a leer y a escribir, apreció en su hija buenas cualidades para el estudio enviándola a un colegio de Málaga. A los 14 años ingresó en la Escuela Normal y terminados los dos cursos del grado elemental se examinó de reválida obteniendo el título de Maestra de Enseñanza Elemental. Con 19 años cumplidos se graduó de Maestra de Enseñanza Superior comenzando después a estudiar bachillerato en el instituto.
Victoria llegó a sentir gran atracción por los estudios por lo que decide buscar horizontes más amplios. Es entonces cuando resuelve marchar a estudiar Derecho en la Universidad de Madrid. Fue la primera mujer graduada en Derecho. Ejerció su carrera sin que en ningún momento le faltara trabajo. Cabe destacar el juicio en el que actuó en defensa del político Álvaro de Albornoz, uno de los procesados por la fracasada rebelión republicana a últimos de 1930 contra la monarquía, que más tarde llegó a ser ministro de Fomento y Justicia durante el Bienio Progresista y uno de los impulsores, durante su gestión ministerial, de las leyes laicas de la República (disolución de la Compañía de Jesús, divorcio, supresión del presupuesto de culto y clero, reglamentación de las órdenes religiosas, etc.). Victoria había trabajado en su despacho y esta fue la razón principal de que Albornoz quiso que fuera ella quien lo defendiera.
Cuando se proclamó la República, el 14 de abril de 1931, Victoria vivió uno de los momentos más felices de su vida. Para ella, aquel día todo fue alegría:
«Me encontré en la calle –dice– en medio de una multitud que gritaba ¡Viva la República!, que me abrazaban amigos y desconocidos y ese mar humano me llevó al Palacio de Comunicaciones en el que ondeaba ya la bandera republicana. Subimos unos cuantos para saludar a sus autoridades […]. Allí en el balcón del edificio y acompañada por los hombres que formaban ya el Gobierno provisional pude apreciar el inmenso público que proclamaba a gritos la República tan deseada».
Pocos días después pronto vinieron los primeros comicios. El Gobierno provisional, presidido por Alcalá-Zamora, publicó un decreto convocando elecciones para diputados que tuvieron lugar los días 28 de junio y 5 de julio en primera segunda vuelta en toda España. Anteriormente se había modificado la ley electoral para que las mujeres tuvieran derecho a ser elegidas, pero no a ser electoras. Con el Partido Radical-Socialista Victoria salió diputada por la provincia de Madrid y muy pronto fue nombrada directora general de Prisiones. Más tarde se constituyó la comisión parlamentaria encargada de redactar el proyecto de la nueva Constitución que comenzó a discutirse en el mes de agosto y en donde no faltó la participación de Victoria Kent con la presentación de alguna enmienda y su oposición a otras.
El 30 de septiembre comenzó la discusión sobre el sufragio de la mujer produciéndose, según Manuel Azaña, «mucho griterío». Y el mismo Azaña añadía que...
«la señorita Kent está porque no se conceda ahora el voto a las mujeres, que en gran número siguen las inspiraciones de los curas y los frailes, y si votasen se pondría en peligro la República». A continuación, sigue diciendo: «La Kent habla para su canesú, y acciona con la diestra sacudiendo el aire con giros violentos y cerrando el puño como si cazara moscas al vuelo».
Victoria no creía que fuera el momento de otorgar el voto a la mujer y que debía de aplazarse pues el miedo a la influencia del confesionario era evidente. Y en la Cámara los parlamentarios seguían discutiendo si a la mujer le iban a conceder el derecho a votar en unas futuras elecciones. Cuando varios diputados habían consumido el turno exponiendo sus puntos de vista sobre el particular, pide la palabra Victoria Kent para decir que iba a ser contraria al voto femenino, pero no consiguió su propósito ya que, en las elecciones celebradas en noviembre de 1933, la mujer española votó por vez primera y ganaron las derechas. Victoria Kent no salió elegida y comentó años más tarde: «Las elecciones del 33 vinieron a darme la razón». Sin embargo, sí fue elegida en las elecciones de febrero de 1936, con el triunfo del Frente Popular. Consiguió un escaño, esta vez por Jaén, con Izquierda Republicana.
El 18 de julio, de 1936, la cogió camino de La Granja con un grupo de amigos que iban a realizar una excursión por aquel lugar. Tan pronto se entera de la noticia regresa a Madrid tratando, desde el primer momento, de organizar su vida ante la nueva situación poniéndose a las órdenes del Gobierno. Uno de sus primeros cometidos fue, a través de un micrófono, levantar el ánimo a las mujeres. A mediados de 1937 el Gobierno la envía a Francia con el cargo de primer secretario de embajada. Liberada Francia del ejército alemán, salió de la clandestinidad y se unió a un grupo de personas que organizaban conferencias en lengua castellana. Fue directora literaria de la revista Le Livre du Tour hasta que el 3 de agosto de 1945 llega a Méjico como exiliada, trasladándose posteriormente a EE.UU.
Cuando viajó a Madrid, desde Nueva York con 85 años cumplidos, aún conservaba su energía, lucidez y buen humor; pero no permanece durante mucho tiempo en su patria ya que regresa a EE.UU. donde fallece el 25 de septiembre de 1987. En Sevilla el 15 de octubre se celebró una misa por su alma en la iglesia de la Anunciación según decía la esquela que publicó, en el diario ABC, su sobrino José María O’Kean Blanco.