NUESTRA PRIMAVERA | SEMBLANZAS
Sagrario Amo y Máximo Nebreda.
Morir por los colores de la bandera del nacionalsindicalismo revolucionario y de la camisa azul mahón.
Publicado en Nuestra Primavera [Face] Audiovisuales sobre la historia del falangismo. Ver portada Memoria Azul/Nuestra Primavera en La Razón de la Proa (LRP). Publican un audiovisual semanal: verlos agrupados por meses.
Sagrario Amo Peñas y Máximo Nebreda Vela.
Morir por los colores de la bandera del nacionalsindicalismo revolucionario y de la camisa azul mahón.
Transcripción del audio:
Al comenzar el Alzamiento fueron frecuentes los errores que el color de la bandera roja y negra del sindicalismo nacional y el de la camisa de la Falange indujeron al ser confundidas con los mismos colores de la de la CNT y los monos azules que vestían los anarquistas.
El hecho más conocido es el relacionado con la muerte de Onésimo Redondo en el pueblo de Labajos, mientras se desplazaba al Alto de los Leones, y encontrarse en esta población con miembros dispersos de la Columna de Mangada y, al confundirlos con falangistas, darse a conocer los ocupantes del coche del fundador de las JONS castellanas. Sin embargo, una buena parte de estos errores estuvieron rodeados de muchos claroscuros e incluso se eludió la responsabilidad posterior de los elementos actuantes.
Hoy, desde Nuestra Primavera, traemos a nuestros seguidores y amigos los extraños casos de las muertes de dos nacionalsindicalistas ejemplares, acontecidas en los días próximos al de la de Onésimo Redondo y por factores de confusión similares a los de ésta.
El 19 de Julio de 1936, cuando triunfa el Alzamiento en Burgos, un joven estudiante de Derecho y maestro nacional, Máximo Nebreda Vela, jefe provincial del SEU, mientras un grupo de requetés pasea por las calles de esta ciudad castellana enarbolando la bandera bicolor, grita a pleno pulmón: «Banderas monárquicas ¡No! ¡La Roja y Negra de la Revolución!».
Dos días después, el 21 de julio, Máximo Nebreda parte hacia el frente de Santander en un vehículo que se identifica con un banderín con los colores nacionalsindicalistas, y al llegar a la población de Valdenoceda es tiroteado por una patrulla de la Guardia Civil al confundir el rojo y negro del sindicalismo nacional con los de la CNT. Los hechos nunca fueron aclarados ni investigados ni se exigieron responsabilidades a los autores de su muerte en un lugar suficientemente lejano de la línea del frente.
Hasta 1940 una simple esquela en la prensa oficialista regional fue la única mención a su memoria y a su obra. A partir de ese momento la figura de Máximo Nebreda, quien había sido detenido en las semanas posteriores a la ilegalización de la Falange en 1936 por ser uno de los principales organizadores del nacionalsindicalismo en Burgos, caería en el olvido y nunca sería reclamada desde las estructuras juveniles o corporativas del nuevo régimen.
Apenas tres días después, el mismo de la muerte de Onésimo Redondo, la joven falangista vallisoletana Sagrario Amo Peñas, de 18 años, militante de las JONS desde el 1 de febrero de 1934, estudiante de sexto año de Bachillerato y una de las promotoras de la Sección Femenina en Valladolid, cuya formación había sido encomendada a Rosario Pereda, al enterarse de la muerte del jefe castellano, junto a los falangistas Perpetua Membrilla y José María Arranz y dos practicantes, se ponen en marcha camino del preventorio de San Rafael para dar asistencia a los heridos del Alto del León. En un vehículo que enarbola el banderín rojinegro del nacionalsindicalismo y al llegar a la población de Boecillo son tiroteados en un control, al ser confundidos con anarquistas y no detener el vehículo. El coche prosiguió la marcha hasta el pueblo de Pedraja del Portillo. Asunto extraño ya que el lugar de los hechos estaba más próximo a la propia Valladolid de la que procedían que a esta localidad.
Sagrario Amo no moriría en el acto sino que lo haría en Pedraja del Portillo, donde José Mª Arranz le juraría vengar su muerte, cosa que la propia Sagrario convenció no hacer. Es este otro elemento extraño ya que no se puede vengar una muerte si no se conoce a los autores. José Mª Arranz caería en el frente apenas un mes después.
Sagrario Amo nunca sería reconocida entre las caídas de la Sección Femenina a pesar de ser la primera o la segunda (existen dudas al respecto) mujer falangista en morir. Sin embargo, sí aparecería su nombre entre los caídos en la conquista del Alto del León y el paso de Guadarrama.
Su memoria cayó en el olvido. No tuvo conmemoraciones posteriores ni al finalizar la Guerra, a pesar de haber sido una de las mujeres que acompañaron a Rosario Pereda y asistió a los mítines de Toro y Tordesillas, escondiendo entre sus ropas las armas y las porras de los falangistas para evitar su requisa por la fuerza pública y poder así repeler después las agresiones de los marxistas.
Sagrario Amo y Máximo Nebreda, como Onésimo Redondo, murieron por enarbolar los colores del nacionalsindicalismo revolucionario.
- ¡Sagrario Amo Peñas! ¡Presente!
- ¡Máximo Nebreda Vela! ¡Presente!
La relación de muertos de las Falanges de Valladolid se ha obtenido de este documento: Cómo se inició el glorioso Movimiento Nacional en Valladolid y la Gesta heroica del Alto del León.